15 julio 2015

Grecia Capitulación. Postmorten I


El derribo de Syriza ya se ha consumado. No importa que el paquete de medidas se apruebe o no, que se aprobará, ni tampoco si Grecia continúa o no en el Euro. 

EE.UU. dejará hacer a Alemania mientras le garantice la estabilidad de Grecia y sea capaz de manejarla. Y de momento parece que si. 

Las discusiones entre acreedores; los antes llamados países de la UE y el FMI solo tienen que ver con el reparto de los gastos incurridos en la campaña militar de derribo y los de reconstrucción de Grecia para hacer viable su explotación colonial.

Grecia ha dejado de ser un país soberano, en la mínima medida que hoy los países lo son, para convertirse en una colonia germano-americana en suelo europeo. Eso es lo que pasará a la historia del día 12 de julio de 2015. 

Los detalles de lo que ocurrió en Bruselas la noche del 12 al 13 de julio, crucifixión de Tsipras lo denominaron algunos funcionarios de la UE, y del texto con formas y contenido de capitulación que finalmente firmó Tsipras, no son relevantes salvo para tomar nota de la violencia extrema a la que puede llegar una UE comandada por Alemania.

Todo el mundo ha tomado nota, incluso los palmeros de Alemania (No estoy seguro con Rajoy y su PP) de que la bestia ha despertado de nuevo. 

No su pasado nazi, una historia tan terrible que debemos de tener mucho cuidado con trivializar su uso, sino esa pulsión de convertirse en la potencia hegemónica de Europa Continental que consideran su destino. 

Y esta vez puede convertirse en realidad. Alemania ha aprendido la lección y ahora tiene dos aliados poderosos: EE.UU. e Israel. En especial las relaciones de la industria, los servicios secretos y el establishment alemanes con este último país han alcanzado limites insospechados, que se ponen de manifiesto en el apoyo cerrado a Israel cuando es atacado o criticado. 

La cuestión no es si Alemania va dirigir la UE o no, esto hoy es un dato, sino que podemos esperar y cual debería ser la estrategia de España. 

En cuanto a lo primero, no hay que hacerse ilusiones. Alemania no va dirigir con espíritu integrador, sino a imponer sus valores e intereses. Alemania no quiere más Europa, sino más Alemania. Esta es una visión que esgrimen con una mezcla de idealismo y egoísmo típicamente alemanes. Si sus instituciones son las mejores, al igual que su economía, es por nuestro bien que nos dejemos dirigir por Alemania. ¿Por qué nos resistimos? 

Ayer el periódico Deutsche Wirtschafts Nachrichten se refería al plan de Schäuble para la Zona Euro que incluiría solo unos países seleccionados. Aquellos, que finalmente demuestren que se adaptan a Alemania. Un club en el que ni siquiera Francia tendría su plaza asegurada.

En este escenario, con una deuda pública enorme y unas necesidades de financiación cuyo monto depende por completo de la voluntad de la UE y su brazo armado el BCE, es decir de Alemania, para mantener bajos los tipos de interés del dinero que pedimos prestado, España es un candidato claro a que le enseñen la puerta del club del Euro, salvo que aceptemos recortes muy considerables, mucho mayores que los que hemos tenido y reformas que hoy ni imaginamos en pensiones, salud, etc.

La opción de nuestra oligarquía será, sin duda alguna, abdicar y abrazar recortes y reformas, que además la benefician, poniendo a Europa como excusa y a Grecia como amenaza. 

España tiene a favor  el tamaño de su economía y su integración con Europa. No es el tipo de juguete con el que pueda fácilmente experimentar el Dr. Schäuble, pero no deberíamos subestimar su poder y determinación, y menos contando como contará con una potente quinta columna dentro de España.

La derrota de Syriza en esta batalla ha cambiado el tablero y haríamos mal en ignorarlo. La Unión Europea como ideal de convivencia pacifica, solidaridad y defensa de los derechos sociales ha dejado de existir, no solo en la práctica sino en el imaginario colectivo. Después de la batalla de Grecia pocos dejaran de ver a Bruselas y Alemania con temor.  
¿Por qué continuar cediendo más soberanía a esta UE?  Tenemos que olvidar de una vez, que España es el problema y Europa la solución. ¿Tiene sentido más UE, o lo más sensato no sería renunciar de una vez a una UE de los ciudadanos que no va existir y practicar un euroescepticismo soterrado, deteniendo o posponiendo en lo posible todas las iniciativas de más integración?  No estaremos solos en este proceso, que debería ir descubriendo una nueva configuración de Europa. A lo mejor la EFTA no era tan mala solución.
Ahora, que están de moda las analogías bélicas, es un momento Dunkerke: replegarse y rearmarse hasta que cambie el equilibrio de fuerzas en Europa. España es un peón, grande pero un peón, mezclarse en las batallas de los grandes sería un error.

Y para terminar Tsipras. Creo que su “error” es su compasión por sus compatriotas. Solo líderes sin piedad por sus pueblos como Hitler, Stalin o Mao pueden arrastrarlos a través del sufrimiento de una guerra de exterminio o un proceso revolucionario. Y esto último era, aunque quizás su fe en unos valores de Europa que ya no existen se lo ocultó, lo que pretendía.

Tsipras siempre creyó en Europa. También el ministro de Finanzas Tsakalotos que declaró en el Parlamento griego que la decisión de lunes marcaría toda su vida. Muchos que ahora los acusan de torpes, se declaraban ayer europeístas convencidos y terminaban sus quejas contra la UE con un contradictorio, retórico y vacío: más Europa. Otros creímos en la geoestrategia, pero para este juego además de habilidad, de la que parece que careció Syriza, hace falta demostrar la determinación de asumir las consecuencias, posiblemente terribles, del envite. Una determinación que quedó en evidencia con la actuación después del NO en el referendum. 

Al final Tsipras, en la noche del 12 de julio, quizás se confortó en el pensamiento del historiador de la Revolución Francesa Francoise Furet de que no hay ningún relato predominante que rija el curso de los actos humanos y que, por lo tanto, las acciones públicas de hoy que causen autentico daño no se pueden justificar amparándose en los posibles beneficios de mañana. ¡Nada menos alemán!

El papel de Tsipras y Tsakalotos en los próximos días se escribió en la noche del día 12, ahora solo es su representación pactada.  Para los que critican que presentaran batalla sino tenían oportunidades de vencer, recordar que muchas de las libertades y derechos de los que hoy disfrutamos empezaron con batallas perdidas.  

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