El Washington Post acaba de publicar una serie de artículos sobre Dick Cheney. En los artículos se hace referencia a numerosos documentos que ilustran de manera estremecedora, como unos pocos deciden, con el estilo frío y profesional de una transacción comercial, el destino: la vida, muerte y sufrimiento de muchos, en realidad de casi todos nosotros.
Sin embargo un documento me ha parecido especialmente terrible. Es un informe para el consejero legal del presidente Bush, el actual Ministro de Justicia Alberto Gonzales. El informe está elaborado por el Departamento de Justicia y el asunto es: Estándares de conducta para los interrogatorios de acuerdo con los apartados 2340-2340A del artículo 18 del código de los Estados Unidos.
Bajo este aparentemente inocuo título se analiza que es lo que constituye tortura conforme a la ley de Estados Unidos, y por lo tanto que es lo que puede ser denunciado en los tribunales como tal o incluso ser considerado como un crimen de guerra.
La razón del análisis es suministrar a los interrogadores, la información necesaria para saber hasta donde pueden llegar en sus "procedimientos" sin que sus actos se puedan considerar tortura.
Para ello, a lo largo de más de cincuenta páginas se analiza que significan desde un punto de vista legal asuntos tales como: “Insoportable dolor físico y sufrimiento”, “Insoportable dolor mental y sufrimiento” o “Daño mental prolongado”.
El resumen del análisis es escalofriante: “Ciertos actos pueden ser crueles, inhumanos y degradantes pero sin embargo no producen el dolor y sufrimiento de la intensidad necesaria para ser considerados tortura conforme al apartado 2340A del articulo 18 del código legal de EE.UU.”
Dejo a los lectores la deducción acerca de quienes definen los niveles de "intensidad necesaria"
Estoy seguro que muchos policías franquistas, no alcanzarían el título de torturador y solo algunos inquisidores serían condenados por tortura conforme a esta interpretación de la ley de EE.UU.
El tono minucioso y leguleyo recuerda mucho las actas de la famosa conferencia del Wannsee, donde los jerifaltes nazis decidieron los detalles de la Solución Final: número de vagones de tren, capacidad de procesamiento de los campos, etc. Y todo ello aderezado con la preocupacion por la definición legal de judío conforme a la Ley alemana, para no tratar "items" incorrectamente.
Me parece que la lectura y divulgación de este documento, y su traducción si alguien se atreve a ello, son fundamentales para entender la verdadera naturaleza de los que pretenden dirigirnos en nombre de la civilización occidental y la libertad.
