06 julio 2014

Reflexiones sobre Podemos I

Pablo Iglesias ha conseguido poner voz pública, sin la retórica hueca habitual de los políticos profesionales, a un diagnostico de los males de nuestra sociedad que era evidente, desde hace tiempo, para muchos de nosotros.
No nos ha tenido que convencer, ni descubrirnos nada: solo enunciarlo de forma clara y sin compromisos.  Creo que en esto, sin desdeñar la brillantez con la que  se maneja en televisión, radica su éxito. 
Tengo que reconocer que me ha rejuvenecido, lo daba todo por perdido, y para mí lo está  ya de forma ya irremediable, pero quizás mis nietos puedan vivir en un país más justo libre de la podredumbre que lo inunda hoy y los libros de historia dirán que el cambio se inició ahora.
Pero hay muchos obstáculos en el camino. Cuanto antes los pongamos en el radar mejor.
Personalización de Podemos en Pablo Iglesias. No hay duda que los grandes cambios han estado siempre unidos a la figura de un líder.  Alguien que personalice el espíritu de lo nuevo.  Nuestra genética más primitiva: miembros de  manada primero, grupo de supervivencia-familia y tribu después,  nos empuja a necesitar un jefe.  El fracaso inicial del 15 M estuvo unido en gran medida a la falta de liderazgo. 
Pero los liderazgos en sociedades complejas, necesitan difuminarse para no despertar rechazos personales, y ser contrapesados para reflejar la pluralidad de matices e intereses de la tribu heterogénea que son nuestras sociedades.  Es el famoso check and balances.   
Creo que dentro de Podemos hay más gente brillante y Pablo Iglesias debería ir poco a poco reduciendo su exposición a los medios, si no quiere que cualquier tropezón personal, por mínimo que sea, tumbe todo el edificio.  El señor Zarzalejos, al que presto siempre mucha atención, ya dice que en relación con Podemos han decidido dar cuerda a la cometa. Es lo que están haciendo, lanzando de vez en cuando a miserables tipo Inda, para ver si se equivoca.
Por otro lado, es cierto que la desigualdad ha aumentado de forma insultante en España, pero todavía hay una clase media, integrada en el sistema, que espera que todo se arregle.  Tiene mucho que perder: No hay más que recorrer las urbanizaciones de clase media, y cree que lo va a conseguir si se adaptan. Hoy el discurso de Podemos se dirige en gran medida a los que están fuera del sistema y es necesario que amplíe el espectro si quiere lograr una mayoría social de cambio.
El programa de Podemos.  Se trata de una reducción simplista, aunque muy certera, de las causas profundas de la crisis económica y social. Un banderín de enganche. Pero una cosa es el banderín, los principios estratégicos, y otra la táctica, la intendencia. Las guerras se suelen perder por la intendencia.  Creo que Podemos debería de articular todas las, sin duda numerosas, iniciativas locales,  en el marco de su estrategia: anticorrupción, transparencia, etc.,  produciendo un programa de medidas concretas en el ámbito municipal, que puedan llevar todas las candidaturas.

Por nuestra parte, nuestro fino olfato y remilgos, debe de aceptar que el ser humano, en las grandes empresas, no se mueve por grandes ideales estratégicos o principios, sino por principios tribales. El general prusiano Blücher, realmente decisivo en la batalla de Waterloo que cambió Europa, arengó a sus tropas derrengadas y hambrientas con un “caballeros le he prometido a Wellington que llegaría a tiempo y un caballero siempre cumple su palabra” Nada de principios solo sentimientos tribales compartidos.

El expolio de lo publico II


Estamos asistiendo a una campaña de intoxicación informativa acerca de nuestra situación económica. El objeto de esta campaña no es otro, como en ocasiones anteriores, que producir una cortina de humo detrás de la cual ocultar una segunda fase de saqueo por parte de la mafia financiera.
La primera fase  consistió en trasladar la deuda privada al sector público. Esto se hizo por dos vías. La primera, y más evidente, los rescates con prestamos millonarios a la banca, que ahora debemos devolver los españoles y una segunda con prestamos a bajo interés (por debajo del 1%) del Banco Central Europeo a la banca para que esta “se saneara” comprando deuda pública por la que deberemos pagar un 3 % de interés.
El resultado de este proceso se puede ver en el siguiente gráfico donde la deuda pública se dispara, mientras con los ingresos del “saneamiento” los bancos empiezan a amortizar su deuda.


Ante la afluencia de dinero del BCE la rentabilidad de los Bonos del Tesoro se redujo a valores próximos a los de préstamo del BCE ( 1,5 % para los de 5 años y 0,5 % para los de 9 meses) así que ya no podían seguir expoliando por esta vía.
El 5 de junio el BCE decide mantener los tipos de interés al 0,15% pero avisa a los bancos de que tendrán que dar crédito y les cierra la puerta a que depositen el dinero prestado en el propio BCE cobrando un 0,1 % de interés por los depósitos.
Así que hay que inventarse algo: La recuperación.  Con el dinero del BCE empiezan a comprar y comprarse de todo. En primer lugar acciones de sus empresas y el IBEX 35 se incrementa en 1000 puntos en un mes lo que significa una inyeeción de 50.000 millones.  España va bien y sobre todo a repartirse dividendos, con una rentabilidad del 4% lejos de la miserias de los bonos del Tesoro. Es decir quedarse con el dinero una vez más. Y en esas estamos. La Bolsa continuará subiendo, la deuda pública también y el modelo productivo inalterado con un empleo de bajísima calidad.
Una colonia de trabajo y de recreo de Alemania.
Los acreedores que miran donde hay dinero: la hucha de las pensiones, dicen que deberán reducirse entre un 22% y un 45%  para que les paguemos y aquí entra la reforma del art. 135 de la Constitución que nos obliga a hacerlo.
Si la campaña de propaganda e intimidatoria en la que están embarcados tienen éxito renovarían su poder en 2015 y sabríamos lo que es bueno.
Y entonces llega Podemos y el susto.