27 septiembre 2012

Rescate = Ocupación


Parece como si nos hubiéramos confabulado para autodestruirnos.
Es escandaloso, hace un siglo sería alta traición, que haya compatriotas que clamen por el famoso rescate. Por si no había quedado claro el rescate es pedir dinero prestado, a devolver por todos los españoles, para que los inversores privados alemanes y franceses recuperen sus prestamos a bancos y empresas privadas españolas. La Troika son empleados de los acreedores cuyo trabajo es conseguir que los prestamos se devuelvan lo antes posible, es decir no es su misión preocuparse por las consecuencias de sus propuestas, sino solo de su eficacia recaudatoria.  Simplemente negocios.
Y muy buenos negocios. Las deudas privadas se resuelven en los tribunales o desaparecen con el deudor. Las deudas soberanas, de los países, duran siempre. De ahí su prisa en que pidamos el rescate.  
El rescate es el equivalente “civilizado” de una ocupación. Que nadie se haga ilusiones, desguazarán el país si es necesario. Nada seguirá igual,  nos afectará a todos de forma dramática.
¿Podemos hacer algo para evitar la catástrofe que se nos avecina? Si, rechazar de manera clara el rescate.  Que acreedores y deudores privados resuelvan sus problemas, con aplazamientos de la deuda o quitas. Es lo que han hecho Islandia y Ecuador. Un camino muy difícil, que requiere cambios radicales en el gobierno y en la Constitución incluyendo la salida del Euro. Una revuelta ciudadana en toda regla.
Hace unos días José Luis Sampedro en Salvados optaba por el estoicismo. A lo mejor es la única salida, pero uno siempre espera que se produzca el milagro.