30 junio 2007

La Energía 4

Una de las características del suministro de energía eléctrica que lo hacen totalmente diferente de otros tipos de suministro en red como el gas o el agua, es la necesidad de que literalmente en todo instante la energía que se produce debe de ser exactamente igual a la que se consume. La energía eléctrica no se puede almacenar, al menos no en las cantidades necesarias para nuestro consumo cotidiano.

Como consecuencia, en un vaivén de milésimas de segundo, cada vez que encendemos una bombilla, arranca nuestra lavadora, o pulsamos el botón del ascensor, la energía necesaria se debe de producir en algún sitio. En las redes de gas o agua lo que ocurre es que se toma el gas o el agua almacenada en depósitos o en las propias conducciones que a continuación va siendo poco a poco reemplazada. Cuando las cosas no funcionan, en un caso tenemos el apagón súbito y en el otro el languidecer del hilillo de agua o la llamita de gas.

¿Cómo funciona la magia por la cual el humilde acto de poner en marcha nuestra lavadora es conocido por algún gran hermano eléctrico, que como reacción da las ordenes necesarias para que se produzca en algún sitio de forma instantánea la energía necesaria para nuestra colada?

La respuesta a esta pregunta está en una ley de la Física que se llama Inercia. Los generadores de electricidad son máquinas que giran a una cierta velocidad, y por Inercia tienden a seguir haciendo lo mismo, girar y producir energía, aunque al poner nuestra lavadora les pidamos un poco más de esfuerzo. Así que el gran hermano es la Inercia, pero, al acabarse la Inercia el generador se detendría poco a poco si en algún momento no obtuviera de algún sitio la energía adicional necesaria para nuestra lavadora.

En la práctica la Inercia es muy grande, ya que son varios miles de generadores conectados a la red eléctrica, los que están girando de forma acompasada para dar la luz, y nuestra colada es como el picotazo de un mosquito a un elefante. Claro, que en realidad son muchos, muchos los mosquitos: lavadoras, televisiones, ascensores, fábricas, motores y artefactos eléctricos de todo tipo que se conectan en cada instante, así que la Inercia se acaba, si en milésimas de segundo no se reemplazara la Inercia con la energía del agua, el aire, el gas, el carbón, etc., en los generadores.

¿Y como se produce este milagro en milésimas de segundo?, pues también con la Física: al quedarse sin Inercia, los generadores, se mueven más despacio y esto hace que de forma automática soliciten más combustible y, si disponen de el, vuelven a su velocidad normal.

Es un baile que se produce cada milésima de segundo, donde las parejas son los generadores por un lado y los consumidores por el otro enlazados entre si por las líneas eléctricas. Mientras los bailarines sigan el compás y los brazos no les fallen todo funciona conforme a las leyes de la Física.

Y si todo se produce de forma automática, ¿que hacen las empresas del ramo eléctrico?: Pues cuatro cosas básicamente: asegurar que haya suficientes generadores conectados para atender los picotazos, que los generadores funcionen y no se averíen a cada rato, que tengan el combustible necesario, y además, que se mantengan conectados entre sí, para repartirse los mosquitos.

Esto último es muy importante, ya que la misma Física que nos ayuda con la Inercia hace que cuando los generadores no son capaces de seguir el baile, como medida de protección, se desconectan de la red eléctrica. Y una vez que un generador se ha desconectado, al faltar su energía, el baile aumenta y otros generadores le siguen en un frenesí de desconexiones. Lo mismo ocurre si los conductores que unen a los generadores entre si se desconectan. Los bailarines se separan y todo termina en un apagón.

Así que volvemos al principio: Si en cada momento no se produce la misma energía que se consume el invento se para.

¿Y que ocurre si, por ejemplo, muchos bailarines exhaustos por falta de combustible abandonan el baile? Es decir, si deja de hacer viento, y la décima parte del combustible que usamos desaparece en un momento. Lo que ocurre, es que si inmediatamente no sale la energía de otra parte, el baile se para. Y dijimos que esto de la electricidad no se podía almacenar, o sea que: Houston tenemos un problema.

¿Y la solución? Esto será objeto de otro capítulo de esta serie, donde trataremos de dar la versión eléctrica del refrán “No hay atajo sin trabajo” especialmente dedicada a los ECOINGENUOS.