17 enero 2015

Charlie Hebdo y tambien... Grecia

Charlie Hebdo sin mujeres (cortesía de la censura en Israel)


Mucho se ha escrito estos días sobre los atentados de Paris. Así que poco quedaría por añadir a los análisis realizados desde todas las perspectivas. 

Sin embargo de forma sorprendente ¿o quizás no?, la mayoría de los medios, con pocas excepciones como la del grandísimo Robert Fisk en el Independent, han hablado sobre todo del quien, del como y , como es natural, de las víctimas, y han despachado el asunto del por qué con el lugar ya común del Yihadismo radical pero ni el menor análisis de las causas profundas de su aparición y preponderancia en el mundo islámico. Parece como se se hubiera impuesto una consigna de silencio.

Comparto totalmente la sensación de Isaac Rosa en su estupendo articulo en Diario.es “Temblando sobre el abismo”. Estamos sobre un abismo, pero no es un abismo abierto por causas naturales sino una fosa profundísima que, como muy bien cuenta Robert Fisk en La Gran Guerra por la Civilización, ha cavado Occidente, por razones de dominación económica, con actuaciones de una barbarie terrible, desde la época de la Colonización llegando hasta nuestros días con el amparo legal a la tortura en Guantanamo y los crímenes de guerra de Israel. 

Es cierto que el fanatismo religioso islámico ha tenido una parte considerable en la tarea, pero el fanatismo cristiano y sobre todo el Sionismo, no le han ido a la zaga. Del mismo modo que muchos judíos han buscado en el Sionismo la revancha por los crímenes cometidos con su raza, no es menos cierto que el Islamismo constituye hoy el refugio del rencor de millones de personas que ven como se aplican varas de medir muy diferentes según quien sea el protagonista de la barbarie. Millones hacinados y masacrados en Gaza, Irak, Siria, Sudan , por unos u otros, pero también marginados y sin esperanza en los suburbios de muchas ciudades europeas, a los que el Islam ofrece una posibilidad de grandeza a través del sacrificio. 

Una idea, esta del sacrificio, defendida por el muy occidental Thomas Mann en su ensayo “Reflexiones durante la Guerra” de 1914, donde afirma que “Cultura y violencia no son opuestos, la cultura siempre se ha definido mediante la violencia. Deben recordarse los sacrificios humanos, los rituales sangrientos, las formas orgiásticas de culto: Todo esto no pertenece necesariamente a la civilización sino a la cultura. La cultura no es necesariamente lo opuesto a la barbarie” . 

Dicen que Mann escribió el ensayo ofuscado por la ola de patriotismo bélico y, aunque esperó a 1922 con la guerra finalizada para corregirse, puede que sea cierto. Pero, no lo es menos que en Occidente, en nombre de nuestra supuesta superioridad cultural, no hemos dudado en utilizar la violencia y la barbarie para imponerla. Lo que recogemos ahora, como era de esperar, es violencia y barbarie. 

Se puede argumentar acerca del detalle de los sucesos históricos que nos han traído hasta aquí.  Sin embargo no podemos ignorar que el conflicto de Oriente Medio, y en particular la permisividad con los crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel en Gaza y Cisjordania, tienen un papel fundamental como banderín de enganche. Es un error que podemos pagar muy caro si solo confiamos en la acción de la policía y los militares con bombardeos indiscriminados y ejércitos de mercenarios para que impongan nuestra paz. Ahora es más necesario que nunca, exigir que se apliquen de inmediato las resoluciones aprobadas ya por ONU en relación con Gaza y el Estado Palestino, como un signo de que deseamos la reconciliación. Por cierto, promesas que un Premio Nobel de la Paz llamado Barack Obama hizo en su visita a Egipto.

Los judíos de Francia y de toda Europa que se quejan, quizás con razón, de discriminación y de tener que vivir continuamente bajo protección como si de nuevos ghettos se tratara, harían muy bien en apoyar estas medidas, sino quieren ser vistos como cómplices de la matanza y mutilación de miles de niños indefensos. En este caso no  por parte de terroristas, sino del ejercito regular de Israel. No hay propaganda que pueda ocultar tantos muertos.

La continua intromisión de Israel en medios de comunicación y gobiernos, en especial el de EE.UU., que con tanto detalle como coste personal denunciaron Walt y Mearsheimer, dos profesores del MIT y Harvard,  en “The Israel Lobby and the U.S. Foreign Policy” no hace sino avivar viejos prejuicios acerca de la conspiración judía universal. La aplicación de las resoluciones de la ONU y la presión sobre Israel para que cese en las acciones de provocación, como los asentamientos ilegítimos, harían mucho más por la paz y la justicia que todas las acciones policiales juntas. 

Sin embargo no parece que vayamos por ese camino, sino más bien al contrario. Pero lo que es peor, todo indica que los gobiernos neoliberales han visto en la amenaza islamista una oportunidad de encarnar un Mal absoluto, ante el que no caben medias tintas, para abordar asuntos domésticos; el auge del Frente Nacional en Francia, el de UKIP en Reino Unido, PEGIDA en Alemania y la aprobación de la Ley Mordaza en España son algunos ejemplos. 

Se trata, se mire como se mire, de una deriva hacia estados policiales, con una intromisión en la privacidad y una discrecionalidad en las acciones de las fuerzas de seguridad sin precedentes, que además, y con toda seguridad, aprecian los Mercados, cada vez mas preocupados por la intranquilidad social,  como un medio para controlar y abortar los movimientos de protesta. 

Nada de esto tiene que ver con los atentados de Paris, donde si parece que había algo era sobrada información  y, como mínimo, errores policiales. Sin embargo los medios de comunicación tampoco se han mostrado especialmente críticos en este asunto y han avalado, con mayor o menor entusiasmo, la necesidad de tomar medidas. Una decisión de enorme riesgo sobre la que hablaremos en el futuro.

El aluvión de acciones policiales en pocos días no deja de ser sospechoso, y me tendrán que perdonar la paranoia que quizás sea producto de la fiebre de este tiempo de gripes, pero que la dirección de los terroristas belgas también venga de Grecia con elecciones en unos días ya es casualidad. ¿O no?.