30 enero 2015

Sobre el triunfo de SYRIZA



Sin duda alguna el resultado de las elecciones griegas va a marcar un antes y un después en la política europea.

Sin embargo, ni los que se inquietan por la victoria de SYRIZA, ni los que ven en ella el inicio de un proceso de recuperación de la soberanía por parte de los pueblos, están valorando suficientemente la importancia de los resultados de Amanecer Dorado. No es solo que se haya convertido en el tercer partido del país, sino que además consolida su voto y ello a pesar de que muchos de sus dirigentes están encarcelados por actos de violencia.

Es de una extrema gravedad que el tercer partido en Grecia, un país de la Unión Europea, sea un grupo neonazi. Y es en este contexto, con un país en situación de emergencia humanitaria, en el que hay que situar la elección del Partido de los Griegos Independientes como socio de gobierno.

Se dice que el papel de Amanecer Dorado en el gobierno va a ser irrelevante, pero esto es algo que en lugar de debilitarlo puede fortalecer su posición, al permitirle, fuera del radar de las instituciones, radicalizar sus propuestas para aumentar su influencia en una población cada vez mas desesperada. Una influencia que puede conducirlos a la victoria si SYRIZA fracasa, porque lo que parece evidente es que, a pesar del resultado electoral, ningún partido “moderado” reemplazaría a SYRIZA.

La situación de Europa no puede ser más endiablada. Una solución europea al problema griego y en distinta medida el portugués y el español, requiere de una dosis de generosidad y de una grandeza de miras por parte de Alemania, y su cortejo de países virtuosos, que la aparición de movimientos xenófobos, de reconcentración en lo propio, en todos estos países pero también en Francia hacen muy difícil.

La preocupación por PEGIDA en Alemania es máxima ya que confluyen un movimiento populista con raíces étnicas con la teorización académica de un grupo de distinguidos profesores de Universidad, que forman el partido anti europeísta Alianza por Alemania (AfD). Un coctel explosivo en la historia de Alemania.

La radicalización y el tono de desprecio hacia Grecia, los insultos y la burla de los griegos en la prensa alemana son terribles. No solo por su virulencia sino por su generalización. Es difícil encontrar la menor autocritica, análisis sereno ni siquiera compasión por los griegos.

Una ceguera incomprensible si no se tratara de Alemania.

No es que Alemania sea la culpable de la situación en Grecia, ni tampoco de la de España o Portugal. Los principales culpables, con características y comportamientos distintos, son las élites mediocres y corruptas de estos países. Pero son unas élites a las que Alemania alimentó y corrompió en su propio beneficio durante los últimos 25 años.

Hoy Europa carece de liderazgo. Alemania, a pesar de toda la contrición de sus terribles pecados, no tiene ninguna autoridad moral para pedir a nadie confianza en sus recetas y mucho menos sacrificios.

Resulta trágico que sea un socialdemócrata alemán, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz el que haya aparecido en primera fila descartando cualquier negociación de la deuda con Grecia. Pero no solo eso, violando todas las normas de cortesía y respeto hacia un jefe de gobierno, declaró en Alemania que le iba a "cantar las cuarenta”.

Según el Bundesbank el gobierno de un país debe de honrar los contratos firmados por otro gobierno, cuando fueron los contratos firmados por la Republica de Weimar los que le fueron perdonados en 1953, pero no solo eso, países como Grecia renunciaron a compensaciones por daños de la Segunda Guerra Mundial. Y más recientemente, cuando el esfuerzo por la reunificación lo hizo necesario, se saltaron las reglas de déficit que Alemania misma había impuesto a los otros socios.

Sin la autoridad moral de alguno de los grandes países de Europa, la UE no es un proyecto viable a medio plazo y el resultado de las elecciones en Grecia son solo un hito más en un declive que parece inevitable.

Alemania ha tenido, y todavía tiene, una oportunidad de convertirse en el líder de Europa, mostrando la misma generosidad con la que se ha pasado página sobre sus crímenes. Una generosidad además egoísta si quiere beneficiarse de un mercado próspero de 300 millones de almas.

Aunque hay que admitir que la historia no ayuda al optimismo. En 1877 Dostoiesvski en su Diario de un escritor escribió sobre el problema universal del alemán lo siguiente: “Alemania solo reconoce una única tarea que siempre tuvo y siempre tendrá. Es su protestantismo”. Karl Lowry en su Diario de la vida en Alemania antes y después de 1933 anota: “[Los alemanes] nunca tuvieron seguridad en si mismos, siempre necesitaron a un enemigo, incluso a un chivo expiatorio para poderse definir a si mismos”

Es escalofriante ver la actualidad de estas observaciones. Continuará....

17 enero 2015

Charlie Hebdo y tambien... Grecia

Charlie Hebdo sin mujeres (cortesía de la censura en Israel)


Mucho se ha escrito estos días sobre los atentados de Paris. Así que poco quedaría por añadir a los análisis realizados desde todas las perspectivas. 

Sin embargo de forma sorprendente ¿o quizás no?, la mayoría de los medios, con pocas excepciones como la del grandísimo Robert Fisk en el Independent, han hablado sobre todo del quien, del como y , como es natural, de las víctimas, y han despachado el asunto del por qué con el lugar ya común del Yihadismo radical pero ni el menor análisis de las causas profundas de su aparición y preponderancia en el mundo islámico. Parece como se se hubiera impuesto una consigna de silencio.

Comparto totalmente la sensación de Isaac Rosa en su estupendo articulo en Diario.es “Temblando sobre el abismo”. Estamos sobre un abismo, pero no es un abismo abierto por causas naturales sino una fosa profundísima que, como muy bien cuenta Robert Fisk en La Gran Guerra por la Civilización, ha cavado Occidente, por razones de dominación económica, con actuaciones de una barbarie terrible, desde la época de la Colonización llegando hasta nuestros días con el amparo legal a la tortura en Guantanamo y los crímenes de guerra de Israel. 

Es cierto que el fanatismo religioso islámico ha tenido una parte considerable en la tarea, pero el fanatismo cristiano y sobre todo el Sionismo, no le han ido a la zaga. Del mismo modo que muchos judíos han buscado en el Sionismo la revancha por los crímenes cometidos con su raza, no es menos cierto que el Islamismo constituye hoy el refugio del rencor de millones de personas que ven como se aplican varas de medir muy diferentes según quien sea el protagonista de la barbarie. Millones hacinados y masacrados en Gaza, Irak, Siria, Sudan , por unos u otros, pero también marginados y sin esperanza en los suburbios de muchas ciudades europeas, a los que el Islam ofrece una posibilidad de grandeza a través del sacrificio. 

Una idea, esta del sacrificio, defendida por el muy occidental Thomas Mann en su ensayo “Reflexiones durante la Guerra” de 1914, donde afirma que “Cultura y violencia no son opuestos, la cultura siempre se ha definido mediante la violencia. Deben recordarse los sacrificios humanos, los rituales sangrientos, las formas orgiásticas de culto: Todo esto no pertenece necesariamente a la civilización sino a la cultura. La cultura no es necesariamente lo opuesto a la barbarie” . 

Dicen que Mann escribió el ensayo ofuscado por la ola de patriotismo bélico y, aunque esperó a 1922 con la guerra finalizada para corregirse, puede que sea cierto. Pero, no lo es menos que en Occidente, en nombre de nuestra supuesta superioridad cultural, no hemos dudado en utilizar la violencia y la barbarie para imponerla. Lo que recogemos ahora, como era de esperar, es violencia y barbarie. 

Se puede argumentar acerca del detalle de los sucesos históricos que nos han traído hasta aquí.  Sin embargo no podemos ignorar que el conflicto de Oriente Medio, y en particular la permisividad con los crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel en Gaza y Cisjordania, tienen un papel fundamental como banderín de enganche. Es un error que podemos pagar muy caro si solo confiamos en la acción de la policía y los militares con bombardeos indiscriminados y ejércitos de mercenarios para que impongan nuestra paz. Ahora es más necesario que nunca, exigir que se apliquen de inmediato las resoluciones aprobadas ya por ONU en relación con Gaza y el Estado Palestino, como un signo de que deseamos la reconciliación. Por cierto, promesas que un Premio Nobel de la Paz llamado Barack Obama hizo en su visita a Egipto.

Los judíos de Francia y de toda Europa que se quejan, quizás con razón, de discriminación y de tener que vivir continuamente bajo protección como si de nuevos ghettos se tratara, harían muy bien en apoyar estas medidas, sino quieren ser vistos como cómplices de la matanza y mutilación de miles de niños indefensos. En este caso no  por parte de terroristas, sino del ejercito regular de Israel. No hay propaganda que pueda ocultar tantos muertos.

La continua intromisión de Israel en medios de comunicación y gobiernos, en especial el de EE.UU., que con tanto detalle como coste personal denunciaron Walt y Mearsheimer, dos profesores del MIT y Harvard,  en “The Israel Lobby and the U.S. Foreign Policy” no hace sino avivar viejos prejuicios acerca de la conspiración judía universal. La aplicación de las resoluciones de la ONU y la presión sobre Israel para que cese en las acciones de provocación, como los asentamientos ilegítimos, harían mucho más por la paz y la justicia que todas las acciones policiales juntas. 

Sin embargo no parece que vayamos por ese camino, sino más bien al contrario. Pero lo que es peor, todo indica que los gobiernos neoliberales han visto en la amenaza islamista una oportunidad de encarnar un Mal absoluto, ante el que no caben medias tintas, para abordar asuntos domésticos; el auge del Frente Nacional en Francia, el de UKIP en Reino Unido, PEGIDA en Alemania y la aprobación de la Ley Mordaza en España son algunos ejemplos. 

Se trata, se mire como se mire, de una deriva hacia estados policiales, con una intromisión en la privacidad y una discrecionalidad en las acciones de las fuerzas de seguridad sin precedentes, que además, y con toda seguridad, aprecian los Mercados, cada vez mas preocupados por la intranquilidad social,  como un medio para controlar y abortar los movimientos de protesta. 

Nada de esto tiene que ver con los atentados de Paris, donde si parece que había algo era sobrada información  y, como mínimo, errores policiales. Sin embargo los medios de comunicación tampoco se han mostrado especialmente críticos en este asunto y han avalado, con mayor o menor entusiasmo, la necesidad de tomar medidas. Una decisión de enorme riesgo sobre la que hablaremos en el futuro.

El aluvión de acciones policiales en pocos días no deja de ser sospechoso, y me tendrán que perdonar la paranoia que quizás sea producto de la fiebre de este tiempo de gripes, pero que la dirección de los terroristas belgas también venga de Grecia con elecciones en unos días ya es casualidad. ¿O no?.

07 enero 2015

Grecia -Syriza. Un asunto de Gas



La virulencia verbal del gobierno alemán ante la posible victoria de Syriza en las próximas elecciones griegas, amenazando con la posibilidad de obligar a Grecia a abandonar el euro, seria sorprendente si solo se tratara de dinero. Los problemas económicos de Grecia, dramáticos para los griegos, son minúsculos para las posibilidades de la economía europea. Tampoco hay ya riesgo de contagio por posibles impagos de la deuda. Las entidades financieras francesas y alemanas, han provisionado, con creces, esta eventualidad con la ayuda del Banco Central Europeo. Queda el argumento del ejemplo: aprovechar la situación de un país débil y pequeño para señalar a otros lo que les espera si se atreven a desafiar a Alemania. Posible si se trata de apuntar a España y a PODEMOS. Sin embargo es una apuesta arriesgada, ya que puede desencadenar justo la reacción contraria a la deseada en un país que ya ha perdido casi todo. Un país que tiene bien presente el recuerdo de sus casi 800.000 civiles muertos, el 10% de su población civil, durante la ocupación alemana. Un triste porcentaje, que solo superan la URSS y Yugoslavia y que hace palidecer los 450.000 civiles muertos del Reino Unido.

Quizás es necesario dar un paso a atrás para tener una cierta perspectiva de lo que está en juego realmente hoy para Alemania y su área de influencia en el Este de Europa y la repuesta es el gas. 

El 1 de diciembre pasado, Putin anuncia, en una visita a Turquía, que Rusia abandona la construcción del South Stream, un gaseducto, que a través del Mar Negro y Bulgaria, llevaría el gas ruso a Centro Europa evitando Ucrania. A cambio, Rusia ofrece llevar al gas a Turquía, con un descuento, y que los turcos lo vendan a quien deseen. Una propuesta envenenada, para dar esperanzas a los países de la zona, en especial Bulgaria y Serbia y en la que Rusia seguiría conservando la llave del gas y la UE poco podría hacer contra un país no miembro como Turquía. Podría parecer que se trata de un paso más en la escalada de sanciones y reacciones del conflicto de Ucrania, pero son parte de una partida más compleja. 

En realidad el asunto viene de mucho antes, y tiene que ver con la entrada en vigor en 2011 en la UE del denominado Tercer Paquete de la Energía, cuyo objetivo declarado es liberalizar el sector energético, y que incluye como uno de sus elementos clave la prohibición de que una misma compañía sea propietaria y operadora de un gasoducto, así como reglas para dar acceso a terceros a la red de gas. En el caso del South Stream, la compañía rusa Gazprom sería operador y propietario, y la UE anunció que, a pesar de que los acuerdos para construir South Stream eran anteriores a la aprobación del Tercer Paquete, el gasoducto tendría que cumplir con la legislación de la UE y por tanto Gazprom debería compartir la propiedad y operación con terceros. Rusia siempre lo consideró un ataque a Gazprom , denunció la aplicación retroactiva de la legislación europea y el pasado abril Rusia demandó a la UE ante la Organización Mundial de Comercio. 

En este momento el proyecto South Stream está muerto y no hay alternativa al gas ruso a través de Ucrania. Pero, como no podría ser de otra manera, hay un plan B. El plan B, activado desde 2012, es disponer del gas de los gigantescos yacimientos del Mar Caspio conectándose con el extremo europeo del gasoducto turco TANAP que, a través de Anatolia y Georgia, llegará a Azerbaiyán y de esta manera se eliminaría la dependencia de Rusia. Esta conexión se llama TAP: Trans Adriatic Pipeline y, ¡oh sorpresa! transcurre por Grecia y Albania para bifurcarse después hacia Italia y el norte de Europa. 



TAP es propiedad de SOCAR (20%) la empresa de gas de Azerbaiyán, BP (20%), StatOil (20%), ENAGAS (16%), FLUXYS (19%) una empresa belga que seria la empresa operadora del gaseoducto y AXPO (5%) una empresa energética suiza de propiedad cantonal y municipal. El consorcio basado en Suiza ya ha iniciado la licitación de la obra, que debería estar finalizada en 2018.

Así que Grecia es, desde hace varios años,  un elemento estratégico en la diversificación de suministro de gas a Europa, pero sin ninguna participación griega, excepto el territorio, un pueblo atemorizado y una administración cautiva y dócil. 

El gobierno griego se apresuró a firmar, el pasado diciembre, a pesar de la mas que probable convocatoria de elecciones, el acuerdo para unirse al consorcio como país de tránsito y permitir la construcción del TAP en suelo griego. De nuevo las ventajas de contar con gobiernos corruptos amigos.

Syriza, protestó desde el primer momento y ya ha anunciado su intención de renegociar el gaseoducto si llega al gobierno. Un proyecto que cuenta además con fuerte oposición popular en una zona rural, relativamente próspera, de gran belleza natural denominada el granero del país.

El bloqueo del TAP, después de la cancelación del South Stream, originaría tensiones en la UE que enfrentarían a Alemania con Italia y los países de la zona que necesitan desesperadamente una solución a sus problemas de suministro de gas y también con EE.UU. que vería en riesgo su cerco a Rusia. Una situación muy embarazosa. También para el 16% de ENAGAS. 

Así que Syriza – Grecia tiene más cartas que jugar de las que parece y es esto y no la reestructuración de la deuda, lo que mejor explica la irritación y las amenazas de Alemania, donde ya han aparecido algunas grietas en la coalición de gobierno, con personajes del SPD e incluso en la CSU que han levantado la voz para decir que las amenazas quizás hayan ido demasiado lejos.

Ahora falta saber hasta donde está dispuesta a llegar Alemania y sus adláteres y cuanto podrá resistir el pueblo griego. El 25 de enero lo sabremos, y ocurra lo que ocurra Grecia será una lección que deberemos aprender muy bien para obrar en consecuencia.



Continuará.

03 enero 2015

PODEMOS. Convertir lo Imposible en Inevitable

New Work New Culture Mural by Jack Pierpont and Soh Suzuki

Hace un año, en la entrada final de 2013, escribía que este país era una sociedad civil derrotada en estado de descomposición. 

Los síntomas de esta descomposición nos han invadido en 2014 hasta la nausea. Y la soberbia con la que se despachaba cualquier acusación de corrupción o, simple y llanamente robo, era tanto más insoportable cuanto más lejos se vislumbraba cualquier posibilidad de cambio.

Y entonces llegó mayo y estaba equivocado. La derrota no era completa, después de años de castigo, todavía había reservas de dignidad cívica y rebeldía, algo que ya se había anunciado con el 15-M y las Mareas, y por vez primera en la vida de muchos de nosotros, nuestro voto, no aparecía en el apartado “otros”. Nacía PODEMOS

Tan grande fue el susto que obligaron al Borbón cojo y viejo a hacer mutis incluida, eso si debidamente recompensada, su última amante, y a poner en escena rápidamente a un Borbón de recambio. Un tipo educado, que no ha elegido nadie, excepto la claque del palco del Bernabéu, y que quiere ser un rey cercano al pueblo. Veremos. Los Borbones lo mismo abrazan a un pueblo o una Constitución que a sus queridas y son tan campechanos que a todos tratan igual. Les dan de lado y los cambian o las engañan cuando les estorban.

Pero lo más importante, es que en mayo muchos tuvimos de nuevo, por fin, esperanza e ilusión. Esperanza de que era posible un país más justo y próspero y la ilusión, una enorme ilusión, por conseguirlo. 

Hasta aquí la historia, y hay toda clase de análisis acerca de las razones y causas de la aparición y el éxito de PODEMOS. 

Descartando las vilezas y desatinos de escribanos de a tanto el insulto, y los regüeldos de despecho de socialdemócratas de pacotilla y otra fauna de la “izquierda clásica” que llevan 25 años viviendo muy ricamente de ello entre escaños, consejos consultivos y de los otros, fundaciones diversas, financiadas con dinero público, y libros de memorias vengativos y mentirosos, todavía quedan juicios muy interesantes que enfocan el fenómeno PODEMOS bien como un puro asunto de marketing electoral y utilización avanzada de los nuevos medios de comunicación social, o bien como un fenómeno exclusivamente nacional, resultado de la incidencia de la Crisis en un país con un armazón institucional débil, apenas democratizado, y una estructura productiva disfuncional, basada en gran medida en la apropiación privada de lo público a través de la colonización de todas las instituciones. Y ello fundamentalmente, pero no únicamente, a través de una corrupción sistémica.

Ambos aspectos son ciertos, condiciones necesarias pero no suficientes, para explicar por si mismos que, de la nada, hoy PODEMOS aparezca como segunda o tercera fuerza a nivel estatal y, más sorprendentemente, en posiciones parecidas en Cataluña y en Euskadi. En este último territorio, arrebatándole, sin ninguna figura conocida, el puesto a la izquierda abertzale. 

Es verdad que son solo encuestas y qué el voto es otra cosa, pero lo que resuelta innegable es la existencia de una tendencia de fondo y que PODEMOS ha sabido interpretarla y explicitarla de forma convincente. 

¿Cuál es esta tendencia de fondo? Para dar respuesta a esta pregunta tenemos que abandonar la visión exclusivamente nacional y coyuntural. 

Lo que está ocurriendo, un fenómeno común a todos los países de Europa Occidental y también EE.UU., es el pico de una onda de largo recorrido que se inició a finales del siglo pasado con la denominada Tercera Revolución Industrial: La Era de la Sociedad de la Información. Un pico resultado de tres procesos concatenados: la aceleración del desarrollo, en el último lustro, de las comunicaciones y la automatización que combinada con la capacidad para almacenar y analizar cantidades de ingentes de información, ha producido avances espectaculares en inteligencia artificial, reduciendo la necesidad de una gran cantidad de mano de obra. Los mismos desarrollos han permitido un segundo proceso: el desplazamiento de la producción, todavía no automatizada, a países con condiciones laborales de semiesclavitud , dispuestos a aceptar niveles de contaminación inconcebibles en Occidente, y por último la explosión de la burbuja financiera, resultado del intento de compensar por la vía del crédito indiscriminado al consumo y la especulación inmobiliaria la reducción real de capacidad adquisitiva y productiva, minando la capacidad de intervención de los estados para controlar las finanzas y corregir los desequilibrios en el reparto de la riqueza. 

Este pico en la evolución de la Tercera Revolución Industrial, ha desencadenado en toda Europa, si bien de forma muy especial en los países del Sur, que el desempleo o el subempleo alcance a capas de la clase media, con formación y conocimientos especializados, que hasta ahora se consideraban a salvo. Es la clase media, la que ahora considera un privilegio que la exploten en un trabajo estable a tiempo completo. El temor e inseguridad de las clases medias ante su futuro y el de sus hijos, en un modelo productivo que necesita cada vez menos de sus servicios y puede establecer las condiciones y el valor del elemento central de su vidas: el trabajo, es la que los empuja a la protesta política como último recurso para evitar la marginalidad. Es un acto desesperado. Es la revolución de la burguesía asalariada de Slavoj Zizek. 

Una expresión de esta protesta es la campaña de demonización de aquellos grupos sociales como las personas con baja formación, los mayores de 50, las personas con algún tipo de enfermedad o limitación, etc. cuyo valor laboral se considera ya nulo y su recuperación para el mercado de trabajo como no rentable. No es la sociedad la que tiene la culpa de su desgracia, son ellos mismos: perezosos, ignorantes, inmorales, sanguijuelas de los servicios públicos y que solo merecen, como mucho, la beneficencia. Es un proceso de pseudoespeciación, para crear una clase terminal, los CHAVS del Reino Unido, a la que podamos ignorar sin remordimientos. No son como nosotros: la clase media.

Esta clase terminal, objeto de burla en “reality shows”, alienada, desmoralizada y , con frecuencia, en condiciones extremas de pobreza, no participa de forma activa en el proceso político, y su existencia es aceptada cada vez con mayor naturalidad como chivo expiatorio y justificación de la reducción de los servicios públicos. 

En España tenemos el “que se jodan” de la diputada del PP, la acusación de gastar las ayudas en pantallas de plasma, el alcalde del PP de Vitoria o la Vicepresidenta del Gobierno acusando a medio millón de desempleados de cobrar el subsidio fraudulentamente. Pero procesos similares y más virulentos se están produciendo en otros países.

Las clases medias son un grupo heterogéneo, presa fácil de movimientos de tipo nosotros y ellos, lo que explica que la expresión de su protesta sea también el auge de la xenofobia y la intolerancia, centrados en el anti-islamismo: Francia Le Pen y Alemania PEGIDA, pero también hay otros más ecuménicos, que rechazan lo extraño sin más: Liga Norte, países nórdicos, UKIP en el Reino Unido y un largo etc. que incluye la brutalidad policial impune contra los negros en EE.UU. 

En este contexto de revolución de las clases medias, con una sociedad cada vez más desigual, como consecuencia del aprovechamiento, casi exclusivo, por parte de una élite de los beneficios de la tecnología y el conocimiento y dividida entre unos pocos que tienen y deciden y los muchos que no tienen y son meros recursos humanos sin apenas capacidad de decisión sobre sus vidas, el acierto de PODEMOS ha sido utilizar esta división como elemento aglutinador. Se trata de los de abajo y los de arriba un concepto que permite articular y organizar a un colectivo transversal en aspectos como creencias, cultura, posición en la escala social, que comparten algo en común: son objeto de explotación, en mayor o menor medida, recursos de usar y tirar. El objetivo es luchar por un nuevo contrato social que restablezca el equilibrio y asegure un reparto más justo de la enorme riqueza generada por el desarrollo científico y tecnológico. 

Un objetivo que puede ser compartido por las clases medias y permite la incorporación de los CHAVS al proceso político. Una transversalidad cultural que hace PODEMOS atractivo a amplios sectores de las sociedades catalana y vasca. 

Las características de la élite, central en el Capitalismo de la era de Sociedad de la Información, menos de un 10 % de la sociedad, que detenta el poder real al margen de las instituciones democráticas y una parte desproporcionada de la riqueza, varia de país a país aunque su función sea idéntica en todos ellos. El identificar esta élite es hacerlo con el enemigo, algo clave en cualquier guerra. 

En España PODEMOS identifica la élite con el grupo sin escrúpulos ni apego por su país, que con la colaboración de una tecno estructura leguleya, educada en el neoliberalismo, insertada como quinta columna en la administración pública, y la complicidad culpable e interesada de la mayoría de partidos y sindicatos, explota el país como su finca particular y, si es necesario para sus intereses, actúa contra su propio país, como élite subordinada a los intereses de otros países, en particular Alemania, y organizaciones internacionales o empresas multinacionales y le llama la Casta. Son el enemigo del 90%. Hoy forma parte del vocabulario político de todos los partidos.

Hasta ahora el éxito de PODEMOS se basa en haber capturado la tendencia de fondo e implicaciones de la etapa actual de desarrollo del Capitalismo, y haberla enunciado y articulado en conceptos sencillos, para iniciar el proceso de movilización. 

Pero esto solo es el principio, queda la tarea de plasmar estos conceptos en soluciones prácticas para implantar en el gobierno y confrontar con los poderes económicos. La propuesta económica de PODEMOS responde a esta necesidad y contiene aspectos clave como la restructuración de la deuda, y el objetivo de implantar por etapas una renta básica universal. Pero también otros, quizás menos debatidos, como la reducción de la jornada laboral, la reducción de la edad de jubilación, el incremento de la intervención del Estado, reforzar la infraestructura social y la relación con el Tercer Sector, que van en la dirección que personajes tan alejados de postulados izquierdistas como Larry Summers, Jeremy Rifkin o Krugman, consideran ineludibles para lidiar con las implicaciones de la Tercera Revolución Industrial, y la globalización de la producción, cuyo éxito produce cada vez más desempleo, sin que aparezcan nuevas fuentes de empleo como consecuencia del crecimiento económico. 

Será una guerra larga, que contra lo que pronosticaban algunos, puede iniciarse por el Sur: Grecia, España, Italia, Portugal, pero con posibles aliados como Irlanda e incluso otros, insospechados, como Bélgica que están empezando a ver como se resquebraja su burbuja de bienestar. 

Lo importante, además de propuestas viables y resultados es no cejar hasta conseguir una autentica victoria. Neil Kinnock, líder laborista inglés, confesaba que, después de la finalización de las huelgas mineras, “en gran medida firmamos un tratado de paz porque no fuimos conscientes de que ellos no lo hacían” No hay que cometer el mismo error. 

El pasado verano en una entrevista a Larry Summers le preguntaban si veía posible en EE.UU. desarrollos legislativos para combatir la desigualdad creciente y el desempleo. La respuesta fue negativa, pero añadió que con frecuencia se producen desarrollos sociales que convierten lo imposible en inevitable. PODEMOS puede ser uno de ellos.