11 enero 2011

La reforma de las pensiones. Otra visión.

Los sistemas de pensiones, como el nuestro, denominados de reparto, donde las aportaciones de las generaciones futuras, y no las nuestras, se harán cargo de nuestra pensión, son, quizás, la última razón de solidaridad intergeneracional. Esta solidaridad es la única que puede impulsar las empresas de largo aliento, y los sacrificios necesarios hoy, para transformaciones como las que necesita España. Solidaridad que arrastra muchas otras: con el medio ambiente, la educación, los mayores y los más desvalidos. Solo los pueblos que encuentran razones para esta solidaridad prosperan.
Un informe de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno de 2007, clasifica las posibles reformas de nuestro sistema de pensiones en paramétricas y estructurales. Las primeras que no ponen en cuestión el sistema, son la prolongación de la vida laboral y la ampliación de los años base de la pensión, y las segundas, entre las que se encuentran la capitalización privada y las cuentas nocionales, que son el principio del fin del sistema de reparto.
Si yo fuera los Sindicatos me agarraría a las primeras con el compromiso solemne de todos los partidos ante la sociedad de que nunca llegarán las segundas. Pero a lo peor el virus del individualismo, del aquí y ahora, ya ha infectado todo y no hay razón para la esperanza.