22 abril 2006

¿ Somos ricos ?

Hoy AGBAR compra el 100% de la compañía de Aguas de Bristol, hace unas semanas SACYR, una constructora, andaba en “opas” por una de las compañías de construcción más importantes de Francia y Ferrovial, otra constructora, hacía lo mismo con la compañía BAA que gestiona los aeropuertos más importantes del Reino Unido, Telefónica compra O2 uno de los operadores de telefonía más importantes también en el Reino Unido, todo esto sin contar las inversiones en America Latina , las autopistas gestionadas en Canadá, y un largo etc. Para finalizar, el piropo del Financial Times a los nuevos empresarios españoles, que estaban mostrando su dinamismo y visión estratégica de la economía. Y según un amigo, bien informado de lo que se cuece en el mundo empresarial, todavía hay mucho dinero, en palabras literales; no saben que hacer con el “cash”.
La pregunta que pocos se hacen es: ¿De dónde ha salido el dinero, con el que nuestros dinámicos empresarios, andan de compras por el mundo?.
La respuesta no está en la creatividad y competitividad de la industria española, ni en las patentes y productos, resultado de los programas de investigación de las empresas o universidades, tampoco en el valor añadido resultado del trabajo de nuestros cualificados profesionales fuera de España, ni desde luego en la pujanza de nuestras exportaciones, que en gran medida son de automóviles, por fabricar los cuales las filiales locales pagan unos derechos, “royalties”, a la empresa matriz, que le permiten a esta última hacer quebrar a la filial en un abrir y cerrar de ojos, y “deslocalizar” la producción a países con mano de obra más barata. Eso sí, todo legal.
Me olvidaba del turismo, pero eso lo teníamos antes, y nos daba para ir al super, pero no para salir de compras a la lonja de Ginebra, ahora va a menos, así que no parece que sea el responsable de llenar los bolsillo de nuestros agresivos empresarios.
Entonces, ¿De donde ha salido el dinero?. Si miramos el paisaje español, lo vemos lleno de nuevas obras, con el cartelito azul de la UE, pero también de viviendas, es decir el famoso ladrillo. Las primeras las han pagado los contribuyentes europeos y ya nos están avisando de que cierran el grifo, y en algunos casos, (ver la agresividad de Bruselas con lo de la opa de e.ON, que hasta el comisario de Energía, un letón, se desmelena), ya mandan mensajes de que se lo quieren cobrar con intereses. Los alemanes son los primeros, pero los vecinos del croissant, no tardarán y tienen mucho donde cobrar, y así más. En resumen, que en algún momento nos veremos obligados de nuevo a apretarnos el cinturón, algunos como los trabajadores de SEAT ya lo hacen, para pagar los intereses de las cifras de mareo de los cartelitos azules.
Lo del ladrillo, ha salido del 65 % de las familias españolas hipotecadas, con la compra de viviendas a precios astronómicos.
Es decir, que nuestros empresarios, andan por ahí de compras, fundamentalmente con el dinero de nuestras hipotecas y con los intereses aplazados de nuestros benefactores europeos.
Es cosa ya de cada uno, desearles que les vaya bonito con las compras y que no despilfarren el dinero como antaño en queridas y en vidas artísticas fecundas alumbradas por juergas parisinas, o bien si no sería mejor que se lo gastarán en casa, para ver si podemos hacer algo con el dinero de la abuela que les ha tocado y estar preparados para las duras, con una economía basada en algo distinto de la reacción química del ladrillo convertido en beneficios por la vía de la especulación, con la hipoteca tentadora como catalizador imprescindible.