31 mayo 2014

Ara que tinc vint anys

Se dice que los hombres sabios son aquellos que conocen sus limitaciones. Seguro que hay mucho de cierto en este aforismo, pero también que con frecuencia nos sirve para justificar nuestra pasividad ante la injusticia, ante un estado de cosas intolerable que, con el conocimiento que nos da nuestra sabiduría, decidimos que no podemos cambiar. 
Nos molestamos en conocer con detalle lo que ocurre, nuestra historia, la historia, del hombre y del pensamiento y sus protagonistas, solo para confirmarnos en nuestro prejuicio de que las fuerzas que mueven la historia están fuera de nuestro alcance.
El problema es que lo alcanzable y lo posible, son conceptos ideológicos que establece la ideología imperante para protegerse. El Capitalismo Financiero ha creado su propia Cosmología, para definir así su orden natural de las cosas, fuera del cual no cabe discusión racional ni solución.
Sin poner en duda esta Cosmología, jugamos  con las cartas marcadas.
Uno de los efectos del éxito de PODEMOS es que, con conceptos y propuestas muy básicas, pone en cuestión esta Cosmología y con ello la posibilidad de cambios sustantivos en nuestra sociedad.
Es cierto que PODEMOS no ofrece un cuerpo ideológico alternativo al Capitalismo Financiero, pero tampoco es necesario. Se concentra en como acumular fuerzas para derribar su encarnación en España. Lo que nazca después dependerá de nosotros: la plebe.

Dicen que la sabiduría y el conocer de limitaciones  van unidos a la madurez, así que hoy hay que sentir de nuevo ¡Ara que tinc vint anys!

27 mayo 2014

El regimen del 78

Según Tocqueville cuando un mal gobierno empieza a reformarse es cuando es más peligroso.
El régimen nacido de la Constitución del 78, va a intentar reformarse para que nada cambie. Será extremadamente peligroso y PODEMOS debería contar con nuestro apoyo incondicional.
Me he permitido hacer una pequeña selección de artículos de la Constitución  dedicada a aquellos que afirman que el programa electoral de PODEMOS es irrealizable.  
Art.   31 Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica
Art. 35 Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia,
Art. 43 Se reconoce el derecho a la protección de la salud.
Art, 47 Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. 
Art. 128
1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.


26 mayo 2014

¿Estamos mejor? Percepción y realidad.

Decía hace unos días la vicepresidenta del Gobierno que ya se palpaba en las calles otra alegría, que la gente notaba que se acercaba la recuperación.  Quizás la vicepresidenta aleccionada por algún asesor experto, se haya convencido de que la alegría es asunto subjetivo que depende en gran medida de las expectativas, y si algo está claro es que éstas: trabajo, salario, educación, sanidad, justicia han disminuido de forma tan espectacular que cualquier mejora, por insignificante que sea, puede ser motivo de alborozo. Hace bien poco un salario de 1000€ se consideraba una ignominia, hoy para una gran mayoría sería una bendición. Para un padre de familia en la cincuentena, sin salario, ni ayudas durante años, encontrar un trabajo de 800 €, aunque sea temporal y en condiciones de semiesclavitud es un milagro digno de celebración y agradecimiento al señorito. Como debe ser.
Sin embargo hay datos que muestran otra realidad: El riesgo de pobreza publicado por Eurostat nos coloca en cabeza con un 22,2 % solo precedidos por Grecia  con 23,1 %  y Rumania. Incluso los búlgaros con un 21,2% están algo mejor que nosotros. Estos son datos de 2012 y todo hace pensar que no hemos mejorado. El riesgo de pobreza infantil, según datos provisionales publicados por el INE para 2013, alcanza un escalofriante 32,3 %. Además, la brecha social ha aumentado y desde el año 2008 al 2012, en el índice de desigualdad de Eurostat, sobre 100 puntos, hemos pasado de 32  a 35 puntos. Como contraste Portugal, a pesar de la crisis, ha disminuido esta brecha: de 35 a 34 puntos. Alemania, por su parte, ha pasado de 30 a 28 puntos. 
Es decir el paisaje estadístico dibuja un país mucho más pobre, en especial los niños,  y sobre todo más desigual.

¿Cuál es el país real? ¿El percibido o el estadístico?  Si hemos de hacer caso del resultado de las pasadas elecciones, parece que la dureza de las condiciones de vida está acercando la estadística a la percepción en una parte significativa de la sociedad española. Así que hay esperanza.

PODEMOS



Hoy tenemos la respuesta a la pregunta de ayer.  Alemania, con su obcecación y egoísmo provinciano se ha cargado la UE y Francia le ha puesto  el RIP.
La Europa que amanece hoy es la de una Alemania imperial, con una serie de estados vasallos: España entre ellos, y una Francia debilitada encontrándose a si misma; al menos por un tiempo.
En España hay esperanza: PODEMOS, el fruto de un 15M que no murió, puede revolucionar nuestro país y sacudir toda la podredumbre.
Hoy vuelven recuerdos del 15M y como diría Gomaespuma el corazón se esponja de alegría esta noche: Hay vida y toda será necesaria en la Europa que se nos avecina.
¡Ojo a la Gran Coalición, que ya organiza el gran maquinador Gonzalez! Le pagó una vez por traicionar a su país la Internacional Socialista. Ahora seguro que tiene patronos peores.

25 mayo 2014

Paisaje después de la batalla

Hoy se celebran las elecciones al Parlamento Europeo. Es la primera ocasión, después de la fase aguda de la crisis económica, que tienen los ciudadanos de manifestarse acerca de la Unión Europea. En 1993 le preguntaron, al entonces primer ministro de Francia Edouard Balladur, por el significado de la Unión Europea y su respuesta fue “Nada, y ahí precisamente reside su belleza”. Con estos mimbres empezó todo.
Sin embargo, la Nada de Balladur  ha sido el campo de batalla de una guerra económica encarnizada en la que se han vuelto a defender de nuevo los intereses nacionales, por encima de cualquier otra consideración.  Es por esto que conviene revisar el paisaje después de la batalla.
Un hecho incontestable es que el ganador, hasta ahora, de la guerra económica es Alemania.
Quizás tenían un plan, o quizás, como les gusta pensar a los alemanes, es solo el cumplimiento de su destino singular. Pero con plan o sin el Alemania ha configurado una Europa a su medida.  Albert Speer, ministro de planificación con Hitler, seguro que sonríe en su tumba de Heidelberg. En el camino,  han despertado viejos demonios, como el populismo y la xenofobia. Un precio quizás demasiado alto. Veremos.
Pero ¿En que consiste el éxito de Alemania?
Sin quitar mérito alguno a la capacidad de su industria y su comercio, lo cierto es que su éxito solo es posible, en gran medida, gracias al secuestro por parte de Alemania de la política monetaria europea.
Alemania considera que el Euro es cosa suya y lo maneja como le conviene a sus intereses.  Desde la introducción del Euro en 2002,  su valor respecto al Dólar no ha dejado de incrementarse, llegando a su pico en 2008, en plena crisis económica, cuando alcanzó los 1,6 Euros por Dólar.  El valor de cambio del Euro frente al Dólar no ha bajado en los últimos 10 años de los 1,2 Euros por Dólar, y ello con independencia de la evolución de la economía en los distintos países de la UE.
La economía de Alemania se basa en conseguir energía, materias primas y mano de obra barata fuera de la UE, y luego vender los productos manufacturados, en Euros, dentro de la UE, que constituye el destino del 75% de sus exportaciones. Para ello, necesita un Euro fuerte que le permita abaratar sus compras en Dólares. Para entenderlo, con un tipo de cambio de 1,5 Euros por Dólar, consigue un "descuento" en sus compras de gas del 50%.  Por contra dificulta las exportaciones y el turismo con países fuera del área Euro, y mantiene cautivos en el Euro a países como España.
La obsesión de Alemania con la inflación no es más que un disfraz para mantener una tasa de cambio que favorece fundamentalmente a Alemania.
Esta situación constituye una subvención encubierta a la industria alemana que ha disparado sus beneficios y también los de los particulares. 
Las empresas y particulares alemanes invirtieron estos beneficios, en el caso de España, durante los años de la burbuja inmobiliaria en cédulas y bonos hipotecarios. Con el derrumbe de las cajas la devolución de estas cédulas y bonos estuvo en peligro, de ahí el interés de Alemania por nuestro rescate económico, que no era otra cosa que el de sus bonistas. El memorándum por el nos rescataron (que no fue discutido en el Parlamento) excluía expresamente a los bonistas de una eventual quita. 
Para cerrar el cofre con siete llaves, forzaron una reforma exprés de la Constitución que da preferencia a la devolución del rescate por encima de cualquier otra obligación del Estado.
Pero quedaba un paso más: Como China ya no es el socio que era, ahora necesitan disponer de mano de obra barata y dócil dentro de la propia Unión Europea y para ello  exigen “reformas económicas” que hasta ahora han permitido en España una reducción media de los salarios del 3,6%. Esta masa de trabajadores baratos, endeudados por décadas,  y por tanto dispuestos a aceptar casi todo, permite ahora a las empresas alemanas competir no solo en Europa sino también fuera de ella.
Es una combinación, que origina de forma inevitable tasas de paro elevadas en los países empobrecidos, y por ello la preocupación por que nuestra tasa de paro no de lugar a un estallido social.
La pregunta es si este régimen de explotación tercermundista dentro de Europa es sostenible y Alemania podrá seguir disfrutando a largo plazo de la situación de privilegio de que goza hoy. La respuesta empezará a delinearse con el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo.
De momento, ensimismada como está en su propio éxito, Alemania va poner en marcha la jubilación a los 63 años, mientras fuerza a los socios pobres a que sus ciudadanos trabajen hasta los 67 y más allá.  Una visión provinciana que añade a la injusticia el insulto.
En cualquier caso, la guerra ya tiene una víctima: la Unión Europea, que como entidad supranacional con sus ideales de justicia social, ha dejado de existir.  Lo que queda es un enfermo terminal al que intentarán mantener, tanto como puedan, con respiración asistida la burocracia que ha hecho de la UE su medio de vida.