07 agosto 2014

Podemos: el hombre de la piqueta.

Después de la publicación de los borradores de principios éticos, políticos y organizativos de Podemos y, más recientemente, las denominadas “ruedas de masas” de Pablo Iglesias y el circulo de economistas, las reacciones no se han hecho esperar.  Van desde el “la organización es como la de cualquier partido. Tienen un jefe y un grupo que hace y deshace”, hasta la falta de “realismo” en las propuestas económicas pasando por la acusación de populismo, es decir no se trata de un partido de “izquierdas-como-dios-manda”.
Hoy un economista, Jose Carlos Díaz, critico con la política económica del PP, pero en el área del PSOE, tildaba de sainete las respuestas de los economistas de Podemos.
Tengo que confesar que es muy posible que todos tengan razón.
El problema es que opinan en un marco de referencia distinto al que, a mi juicio, opera Podemos. Y ya se sabe, desde Einstein, que el marco de referencia del observador es todo: Una manzana puede estar quieta en el suelo de un ascensor, si vamos en él, o moviéndose hacia el sexto piso si la vemos desde el suelo.
Para aquellos que, aunque les pese, observan la realidad desde el marco socio-psicológico que han creado los grupos que detentan el poder real en España, Podemos debe ofrecer un cuerpo de doctrina coherente, en todos los ámbitos, que permita llevar a cabo las transformaciones de la sociedad española que resuelvan la dramática situación actual. Si es posible, además, de forma paulatina, sin sobresaltos. En un símil doméstico, ven a Podemos como  alguien que viene a hacer una pequeña reforma en la casa: acuchillar los suelos, pintar y si acaso alicatar el cuarto de baño. El marco de referencia de nuestro piso permanece inalterado.
Pero hay otro marco de referencia. El de cambio radical: tirar paredes, cambiar la cocina de sitio, ampliar el salón, etc. Esto requiere otro actor: el hombre de la piqueta. Uno que no sabe como va a terminar todo, pero si conoce perfectamente lo que sobra.  Debemos confiar en él, y dejar la casa por un tiempo. Habrá ruido, polvo y escombro, y hasta nos asaltaran dudas de si aquello volverá a ser nuestra casa.
Podemos es el hombre de la piqueta y actúa en el marco de referencia de un cambio radical.  Derribar para construir de nuevo. 
Schumpeter define el Capitalismo como una forma de transformación económica y que no solo no es estacionario, sino que no puede serlo nunca, que se revoluciona incesantemente destruyendo ininterrumpidamente lo antiguo y creando continuamente elementos nuevos. Para Schumpeter este proceso de “destrucción creadora” es un hecho esencial del Capitalismo.
El Capitalismo es un mutante y por lo tanto no tiene sentido concentrarse en adaptarse a una mutación: El capitalismo social (de rostro humano) de postguerra, cuando ya estaba en la incubadora otra variante más agresiva: el neoliberalismo y su brazo armado, el capitalismo financiero.
Sobrevivir al Capitalismo requiere mutar y anticiparse, derribar los marcos de referencia conocidos y anticipar e imponer otros nuevos de forma que la nueva especie de Capitalismo tenga que vivir dentro de ellos.  De esto se trata en España ahora.
España es un Capitalismo de colonia, cuyos objetivos son la explotación de mano de obra barata y de los recursos naturales como un gran parque de recreo de Europa. Para ello cuenta con agentes internos corrompidos y autoritarios que controlan un sistema político pseudo democrático destinado a bloquear el ejercicio real y efectivo de la soberanía popular.
Son estas características de los agentes internos las que los hace útiles  y  por tanto, para negociar un nuevo marco de relaciones con el colonizador y cambiar de estatus, es necesario expulsarlos del poder y establecer un marco nuevo que elimine la corrupción y afirme la primacía de la soberanía popular.
Esto nos permitirá decidir el modelo económico en el que queremos vivir.  No se trata ahora de definir que modelo, sino que la sociedad soberana, en su conjunto, evalúe los costes y ventajas de las diferentes opciones, y decida en consecuencia.  
No hay que esperar, ni pedir, ahora definiciones cerradas ni modelos alternativos.
Un mundo en continuo cambio acelerado, por la conjunción de distintas tecnologías, requiere flexibilidad táctica y estratégica y no modelos fijos. Para ello es básico que las sociedades conserven el mayor poder posible sobre sus opciones.
Podemos es una herramienta para entregar la soberanía de su destino a los ciudadanos y erradicar la corrupción. Después, Podemos desaparecerá y habrá muchas formas de poder que cristalizarían en una nueva sociedad.

La pregunta es si esta sociedad vieja y carcomida por la corrupción y el acomodo está dispuesta a un viaje tan azaroso.