17 septiembre 2012

Terrible sencillez

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En 1994 un biólogo Jack Cohen y un matemático Ian Stewart publicaron The Collapse of Chaos, con el subtitulo: “Descubriendo la simplicidad en un mundo complejo” con una aproximación original a la entonces en boga teoría del caos.
En esencia, sostienen que la complejidad de todos los fenómenos naturales, la vida, el Universo en suma, obedece a leyes físicas o procesos muy simples, repetidos o combinados en formas diversas. La física hace tiempo que avala esta proposición: La ley de la gravitación universal, la teoría de la relatividad especial o las ecuaciones de Maxwell son de una gran simplicidad y sin embargo gobiernan la mecánica celeste y la tecnología de nuestra civilización. Otro tanto ocurre en biología: es la combinación de cuatro elementos la que forma el código genético de todos los seres vivos. ¡La infinita variedad de la vida en la tierra, se expresa con un idioma de solo cuatro letras!
El último descubrimiento, parece que muy prometedor, en la lucha contra el cáncer atribuye la virulencia y la resistencia de la enfermedad a los tratamientos, a células madre, es decir aquellas que están el origen de todas y cada una de la partes de los seres vivos. Nada de mecanismos extraños, de nuevo la sencillez: el mismo proceso que crea la vida sirve para su aniquilación. ¡Que tremenda paradoja!¿Cómo distinguir entonces lo salvífico? Cuando encontremos la respuesta a esta pregunta, será de la misma terrible sencillez: Vida y Muerte no son conceptos distintos en la Naturaleza, son solo una creación, una fantasía, del cerebro hipertrofiado de un mono loco que no se considera parte de ella.

Viene la España Imperial…. Continuación II



En octubre de 2011 publiqué la segunda entrada de lo será un proceso irreversible a lo largo del próximo lustro: La independencia de Euskadi y Cataluña o, en  el mejor de los casos, una reorganización radical del  Estado Español. La  Diada de 2012, se recordará como el punto de no retorno de este proceso. Los nacionalistas de Euskadi y Cataluña lo saben y por eso ahora modulan el lenguaje,ver declaraciones de Otegi, para faciltar la despedida.
Todos los procesos de reunificación o separación en estados plurinacionales o pluriculturales han necesitado dos componentes: la existencia de identidades culturales diferenciadas y un conflicto económico entre ellas.
 Y es, que lo único que parece haberse interiorizado en el ser humano de forma instintiva-estable- como célula de convivencia es la tribu homogénea, todo lo demás son construcciones culturales que duran lo que permanecen las ventajas económicas de la colaboración extendida más allá del ámbito tribal. Cuando estas ventajas se desvanecen el retorno a la tribu es la consecuencia inevitable. Algunas civilizaciones, Japón es un buen ejemplo, han logrado crear sociedades homogéneas muy numerosas, extendiendo así la estabilidad de la tribu a todo un país.
Después de la II Guerra Mundial, al contrario que en la Primera, se favorecieron las migraciones para que las nuevas naciones estado fueran lo más homogéneas posible. Esto supuso sacrificios y penalidades sin cuento, pero allí donde, por diversas razones, este proceso no se llevó a cabo, como los Balcanes o el Cáucaso,  tan pronto como la situación económica se desestabilizó, se han desencadenado situaciones terribles de todos conocidas. Otras, como el irredentismo de los húngaros en la Transilvania rumana o  en Eslovaquia, están latentes con roces constantes.
La agitación del independentismo en Flandes, se produce cuando Valonia deja de ser el motor económico de Bélgica para pasar a ser una región pobre y subvencionada, el arreglo del Ulster tiene lugar cuando la crisis industrial y el declive del Reino Unido se lleva por delante su pujante industria naval, y lo sume en la pobreza mientras al lado florece el Tigre Celta.  El movimiento separatista del norte de Italia, la patria del nacionalismo italiano, coincide con la agravación de la crisis económica.
Las sociedades pluriculturales, a pesar de todas sus ventajas y riqueza, son una construcción muy frágil amenazada continuamente. De ahí la obsesión de las grandes naciones e imperios pluriculturales en crear imaginarios comunes que aseguren la cohesión. EE.UU. es un ejemplo vivo de este esfuerzo.
En el caso de España,  ha fracasado la creación de un imaginario común y se ha dejado claro que la Constitución no es modificable, asi que la crisis económica y posiblemente existencial, si finalmente nos rescatan, del país,  es el término de la ecuación que faltaba para que las sociedades de Euskadi y Cataluña, consideren que es más ventajoso continuar el camino solas. No importa que la decisión carezca de lógica económica, ya se ha demostrado que en este terreno las sociedades pueden ser terriblemente ilógicas, es la sensación de caminar hacia algo diferente, nuevo, con aquellos con los que de un modo u otro te sientes identificado: la tribu. Cuando Thelma y Louise aprietan el acelerador hacia el despeñadero, no esperan la solución de sus problemas, pero se sienten unidas, y sobre todo están seguras que lo que dejan atrás no vale la pena.  Por eso, una vez desencadenado el proceso de separación,  todos los razonamientos basados en el interés carecen de sentido y solo una conversación a veces absurda, repetitiva e interminable, como la que se mantiene con el suicida en la cornisa, puede tener alguna posibilidad de éxito. Claro que para que esto ocurra hay que estar manos de alguien con el deseo de salvar y desgraciadamente ese no es el caso, así, que queridos amigos parece que la suerte esta echada. Solo faltan lugar, fecha y signatarios.