20 septiembre 2011

Capitalismo.Tiempo de guerrillas.


Reconozcámoslo, el Capitalismo ha ganado la guerra.
Ocupa todos los resortes del poder. Los representantes electos y los jueces son ya únicamente, como en los países ocupados por el enemigo, una tapadera para dar apariencia de democracia y legalidad al expolio del ejercito invasor.
Cuando acaba la guerra, es el momento de la guerrilla. Pero atención, que la guerrilla no respeta reglas, la legalidad-vigente-que-nos-hemos-dado-entre-todos, y solo se preocupa de acabar con el enemigo utilizando todos los medios a su alcance.
La guerrilla tiene tiempo, el ejercito de ocupación no. Pasado el ardor inicial, se acomoda y necesita sosiego y orden, algo que siempre le niega la guerrilla.
Todo vuelve a lo básico y emboscar al enemigo día y noche, hasta hacerlo desaparecer es el único objetivo.

Viene la España Imperial....


Es difícil saber cual es el objetivo de la sentencia política, últimamente casi todas lo son, que condena a Otegui a 10 años de cárcel.
Una posibilidad es, que la ultraderecha, acunada por el PP y agazapada en la judicatura, de por descontada la independencia de Euskadi y quiera tomar rehenes para la negociación. Otra, más probable, es que se trate de su intento desesperado de provocar una reacción de ETA que justifique la ilegalización de Bildu y la vuelta al principio.
Salvo que ETA cometa un atentado o se active la “kaleborroka”, en las próximas elecciones vamos a ver como los nacionalistas toman el poder en Euskadi, el PSOE pasa a ser una fuerza marginal, y el PP el enemigo de referencia. Un escenario político ideal para el nacionalismo.
El escenario económico, también es favorable. Hace poco las cajas de Euskadi se fusionaron con el apoyo de Bildu y el regocijo de los empresarios. Ahora son la única caja que mantiene el formato original.
Con una tasa de paro del 10% y una sólida base de I+D integrado en las empresas, aislado de España es una región próspera de Europa.
Pronto España, el resto, en recesión económica, será como Valonia para Flandes, un lastre para Euskadi, la única región manufacturera, que tendrá que buscar sus clientes en el resto de Europa.
Cuando la energía de ambos escenarios converja, la despedida será imparable.
Cataluña, superada la difícil situación actual, tiene capacidad y energía para hacerlo, se encontrará en la misma situación y abandonará el barco.
No creo que en la UE se encuentren voces en contra de sumar socios ricos, homologables y sin problemas.
Y así, más pronto que tarde, será realidad el sueño cavernario de la España limpia de adherencias, eterna , imperial, llena de honra pero sin barcos. Malos tiempos para los náufragos.