12 octubre 2011

Bolivia y Evo. Una historia de Litio

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Uno de los asuntos a los que conviene prestar atención, cuando individuos de la calaña de Tony Blair se preocupan por el cambio climático y agitan su particular revolución verde, es el impacto político y geoestratégico del cambio a un modelo energético no basado en el petróleo y la ocultación sistemática de la huella ecológica de nuestro modelo tecnológico actual y el desarrollo de la “energía verde”.
Este impacto es ya indudable en África y China, pero como hoy es el Día de la Hispanidad, vamos a hablar de Litio.
Las baterías basadas en Litio, por su elevada densidad de energía por unidad de peso, y otras características, son las que aparecen en primera línea para equipar los coches eléctricos en sus diferentes modalidades. En consecuencia las reservas de litio y su control son un elemento estratégico clave en el futuro como lo es hoy Oriente Medio.
¿Y qué tiene que ver el Litio con el Día de la Hispanidad? Pues nada más y nada menos que el 78% de las reservas de Litio del planeta se encuentran en Suramérica.
Y de este 78% el 50% está en Bolivia, seguido de cerca por Chile, el mayor productor del mundo actualmente, y Argentina.
Pero hay algo más importante, las extracción del Litio, requiere un proceso de electrolisis para el cual son precisas sales de Litio que solo se encuentran en lagos salinos en las mismas zonas. El Salar de Atacama en Chile seguido del Salar del Hombre Muerto en Argentina son hoy los principales productores de sales de Litio, pero las reservas más importantes y de mejor calidad se encuentran en Uyuni, un desierto de sal a 3600 metros de altura, en Bolivia.
O sea que, el nuevo Oriente Medio es Sudamérica y Bolivia. con más del 30 % de las reservas mundiales de Litio, su Arabia Saudita. El problema es que Evo Morales, al contrario que los corruptos dirigentes de Arabia Saudita, no está dispuesto a plegarse a los intereses de las multinacionales de la minería. Así que de la adulación inicial se ha pasado al ataque.
No es sorprendente por lo tanto que nuestro liberal periódico el País le dedique hoy titulares a Evo Morales como “Morales organiza unas elecciones para controlar la cúpula judicial en Bolivia” o “Morales exhibe fuerza frente a los opositores” que encabeza las noticas del Día de la Hispanidad. El ataque para menoscabar su legitimidad, agitar a los indígenas y buscar un reemplazo para Evo ha empezado.  Atentos a la pantalla.

Slavoj Zizek en Occupy Wall Street


(Transcripción parcial de la intervención en Liberty Square)

En el crack de 2008 se destruyó más propiedad privada, conseguida con gran esfuerzo, que si todos los presentes se pusieran a destruir día y noche durante semanas. Nos dicen que somos soñadores. Los verdaderos soñadores son aquellos que piensan que las cosas seguirán siendo como son indefinidamente. Nosotros no somos soñadores, sino los que estamos despertando de un sueño que se ha convertido en pesadilla. No estamos destruyendo nada, sino siendo testigos de cómo el sistema se destruye a sí mismo. Todos hemos visto la clásica escena de los dibujos animados en la que un coche se acerca a un precipicio y sigue rodando ignorando que está sobre el vacío, y sólo cae cuando el conductor mira hacia abajo y se da cuenta de ello. Esto es lo que estamos haciendo aquí. Estamos diciendo a los chicos de Wall Street “¡eh, mirad abajo!”

En abril de 2011 el gobierno chino prohibió que apareciesen en TV, películas o novelas todas aquellas historias que hiciesen referencia a realidades alternativas o viajes en el tiempo. Esta es una buena señal para China, puesto que significa que la gente aún sueña con alternativas, así que hay que prohibir este sueño. Aquí no se piensa prohibir nada de eso, porque el sistema en el poder incluso ha suprimido nuestra capacidad para soñar. Fijaos en las películas que vemos todo el tiempo. Es fácil imaginar el fin del mundo, un asteroide que destruya el planeta y ese tipo de cosas. Pero no se puede imaginar el fin del capitalismo. Así que, qué es lo que hacemos aquí? Dejadme que os cuente un viejo chiste muy bueno de los tiempos del comunismo…

Un tipo de Alemania del Este fue enviado a trabajar en Siberia. Sabía que su correo sería supervisado por los censores, así que propuso a sus amigos establecer un código. Si la carta que enviase estaba escrita con tinta azul, entonces lo que en ella se dijera sería cierto y si estaba escrita con tinta roja sería falso. Transcurrido un mes sus amigos recibieron su primera carta. Estaba escrita por entero en azul y decía: todo es maravilloso aquí. Las tiendas están repletas de buena comida. Los cines pasan buenas películas occidentales. Los apartamentos son grandes y lujosos. La única cosa que no se puede comprar es tinta roja

Así es como vivimos. Tenemos todas las libertades que queremos, pero nos falta tinta roja, el lenguaje con el que expresar nuestra no-libertad. La manera en que se nos enseña a hablar acerca de la libertad, la guerra, el terrorismo y demás falsifica la libertad. Y esto es lo que estáis haciendo aquí: nos estáis dando tinta roja a todos.

Pero hay un peligro. No os enamoréis de vosotros mismos. Lo estamos pasando bien aquí, pero recordad: los carnavales son baratos, lo que importa es el día siguiente. Cuando volvamos a nuestra vida normal, habrá cambios entonces? No quiero que alguna vez recordéis estos días como, “oh, éramos jóvenes y fue muy bonito”. Tened en cuenta cual es nuestro mensaje fundamental: que tenemos derecho a pensar alternativas. La regla se ha roto. No vivimos en el mejor de los mundos posibles, pero hay un largo camino por delante. Nos enfrentamos a cuestiones ciertamente difíciles. Sabemos lo que no queremos, pero, ¿sabemos lo que queremos? ¿Qué organización social puede reemplazar al capitalismo? ¿Qué nuevo tipo de líderes queremos?

Recordad: el problema no es la corrupción o la codicia. El problema es el sistema que os empuja a rendiros. Estad atentos no sólo a los enemigos, sino a los falsos amigos que ya están actuando para diluir este proceso. De la misma manera en que os dan café sin cafeína, cerveza sin alcohol o helado sin nata, tratarán de convertir esto en una protesta moral inofensiva. (…) La razón por la que estamos aquí es que estamos hartos del mundo que recicla latas de Coca-Cola, del mundo del capuccino Starbucks, del mundo que destina un 1% de la riqueza a los niños que pasan hambre. Ya no es suficiente para que estemos a gusto, después de que se hayan subcontratado la guerra y la tortura e incluso después de que las agencias matrimoniales subcontraten a diario hasta nuestra vida amorosa.

Podemos ver que durante un largo tiempo permitimos que nuestro compromiso político también fuera subcontratado. Lo queremos recuperar. No somos comunistas. Si el comunismo significa el sistema que colapsó en 1990, recordad que hoy esos comunistas son los capitalistas más eficientes y desarraigados. En China hoy tenemos un capitalismo que es aun más dinámico que vuestro capitalismo americano pero que no necesita democracia. Esto significa que cuando critiquéis el capitalismo, no os permitáis que os chantajeen con la idea de que estáis en contra de la democracia. El matrimonio entre la democracia y el capitalismo se ha acabado.

El cambio es posible. Así que, ¿qué es lo que consideramos posible hoy? Sólo hace falta seguir los medios. Por un lado, en lo que respecta a tecnología y sexualidad, todo parece ser posible. Puedes viajar a la luna. Puedes ser inmortal con la ayuda de la biogenética. Puedes tener relaciones sexuales con animales o lo que sea. Pero mirad el campo de la sociedad y de la economía. En ambos, casi todo se considera imposible. Quieres subir un poco los impuestos para los ricos, te dirán que es imposible, perdemos competitividad. Quieres más dinero para sanidad: te dicen, imposible; esto significa un estado totalitario. Algo falla en un mundo donde se te promete la inmortalidad pero en donde no se puede gastar un poco más para sanidad. Puede que debamos marcar nuestras prioridades directamente aquí. No queremos niveles de vida más altos. Queremos niveles de vida mejores. El único sentido en el que somos comunistas radica en que nos importan los bienes comunes. El bien común de la naturaleza. El bien común de lo que es privatizado por la ley de propiedad intelectual. El bien común de la biogenética. Por esto y sólo por esto debemos luchar.

El comunismo fracasó absolutamente. Pero los problemas de los bienes comunes están aquí. Te están diciendo que aquí no somos americanos. Pero los fundamentalistas conservadores que reivindican ser verdaderamente americanos, necesitan que se les recuerde algo. ¿Qué es el cristianismo? Es el Espíritu Santo. ¿Qué es el espíritu Santo? Es una comunidad igualitaria de creyentes que están conectados por el amor mutuo y que sólo tienen su propia libertad y responsabilidad para hacerlo. En este sentido el Espíritu Santo está aquí ahora. Y allí en Wall Street hay paganos que están adorando ídolos blasfemos. Así que sólo necesitamos paciencia. Lo único que me atemoriza es que un día nos vayamos simplemente a casa y después nos reunamos una vez al año, tomando una cerveza y recordando nostálgicamente el buen rato que pasamos aquí. Prometámonos que este no será el caso.

Sabemos que las personas a menudo desean algo pero no lo quieren realmente. No tengáis miedo a querer realmente lo que deseáis. ¡Muchas gracias!

¿Qué pasaría en un mundo con pesetas?


"Las desenfadadas monedas de Italia, España, Portugal, Irlanda y Grecia como, lo que son, un linea de pecadoras bailarinas de cancán" Der Spiegel.

Para entender que significa abandonar el Euro, pongamos un ejemplo. Qué ocurre en la situación actual con los bonos en euros y que ocurriría, si estuvieran denominados en pesetas.

Ahora, los inversores preocupados por nuestra situación económica, venden los bonos del Reino de España y adquieren euros que invierten en otro sitio: Por ejemplo, en Alemania. Como resultado los euros abandonan España y disminuye, el total de dinero disponible, es decir la liquidez.

Si este proceso se prolonga, como es el caso, el Gobierno tiene problemas para obtener fondos a una tasa de interés razonable, ya que los únicos dispuestos a comprar bonos, es decir inyectar euros, son los inversores, digamos, más arriesgados. De acuerdo con el tratado de Maastrich el Gobierno no le puede pedir al Banco de España que compre sus bonos y cree Euros. Esto está reservado al Banco Central Europeo y España no controla el BCE. El resultado, es un proceso en el cual al destinar más dinero a pagar interesés, nuestros recursos en euros disminuyen, lo que interpretan como riesgo de impago, aumentando los intereses y se produce una espiral imparable. Una crisis de liquidez, es decir de falta de dinero temporal, se puede convertir en insolvencia-bancarrota debido a la escalada autoalimentada de  los intereses. Portugal es un buen ejemplo.

Veamos el escenario con los bonos denominados en pesetas. Los inversores venderían los bonos igualmente, pero lo que obtendrían serían pesetas, pesetas que podrían estar devaluadas, pero cuando alguien vende siempre hay alguien dispuesto a comprar. Y el comprador tendría de nuevo pesetas. Es decir el volumen de pesetas disponible permanecería inalterado.

El comprador podría invertir en España o comprar de nuevo bonos, pero si no lo hiciera, y el interés, a pagar para que compren nuestros bonos en pesetas, se disparara, el gobierno podría ordenar al Banco de España que comprara los bonos, convirtiendo la deuda en pesetas. Este simple proceso desanimaría a los especuladores y además el Estado dispondría de la liquidez mínima para funcionar.

Es verdad que este mecanismo, crear pesetas, puede dar lugar a un aumento de la inflación, pero bloquea un proceso, cuya mecánica propia nos lleva directo a la ruina, consecuencia de tener que funcionar con una moneda cuyo flujo y tasa de interés no controlamos.

Claro que con esto no basta, una peseta muy devaluada haría imposible pagar la energía, equipos y servicios que necesitamos. El control de la moneda no es la pócima de la prosperidad y los ejemplos abundan. Pero el proceso de recuperación dependería de nuestra capacidad para crear riqueza, que además sería ayudado por una devaluación de la peseta cuando fuera necesario. Nuestros sacrificios servirían para algo.

Polonia, con su moneda propia, puede ser el contrapunto de Portugal o Irlanda en esta crisis.

El unirse al yugo de una moneda común solo tiene sentido en un ámbito de solidaridad mutua, en los buenos y en los malos tiempos. El compartir moneda con un club de mercenarios avariciosos y despiadados, esto es la UE, es un suicidio.

Claro que no todos se suicidan y entre nosotros habitan los “botones” que han comprado medio mundo bancario gracias a nuestra deuda en euros.