13 septiembre 2010

La mineria del carbón.

De todo el asunto de la minería del carbón solo hay dos cosas ciertas, que los mineros tienen razón y que generar electricidad con carbón contamina. El resto pura propaganda interesada cuando no desvergüenza.
El fondo del asunto es, que producir electricidad con carbón nacional es más caro que producirlo con carbón importado o con gas natural. Hasta hace 3 años, los precios del mercado eléctrico eran lo suficientemente altos como para que compensara el costo de producir energía con carbón nacional, o lo que fuera, y centrales como Velilla o Lada no paraban ni para mantenimiento.
En estos 3 años se han producido dos cambios importantes: reducción de la demanda debido debido a la crisis económica y puesta en servicio masiva de generación eólica y fotovoltaica: un 15 % del consumo de electricidad.
Esta combinación ha hecho descender el precio del mercado de 60 €/MWh a 40 €/MWh y convierte a las centrales de carbón nacional en económicamente no viables.
Hasta aquí todo parece lógico y los mineros del carbón unos obtusos que se empeñan en seguir picando hulla.
Pero la cosa tiene truco. En primer lugar el mercado es más mercadillo que otra cosa, ya que la generación eólica y fotovoltaica cobran una cantidad mínima fija, con independencia del precio del mercado: 70 €/MWh la primera y hasta 300 €/MWh la segunda y los consumidores pagamos la diferencia. Esto se llama subvención y sin ella no habría ni molinos ni huertos solares y con un 15 % menos de generación Lada y Velilla podrían volver a funcionar. O sea que en un mundo sin subvenciones tendríamos más CO2 pero nos ahorraríamos dinero: La subvención a las energías verdes nos cuesta la friolera de 500 millones de Euros al mes. Bueno en realidad nos costará, ya que como pagar esto supondría un recibo de la luz estratosférico, se inventó en la época de Aznar, el esconderlo debajo de la alfombra. Las distribuidoras, es decir las que nos venden la luz, le adelantan la subvención a los productores "verdes" y el Estado les reconoce la deuda, que nosotros vamos pagando poco a poco. El problema es que la deuda aumenta muy rápido, nadie se atreve a subir el recibo de la luz, y hoy debemos más de 15.000 millones de Euros. Con esta deuda las distribuidoras han dicho basta: Quieren el dinero ya.
Así que el gobierno va a pedir prestado el dinero en el mercado de capitales para darles la pasta y nosotros nos quedamos con la deuda y los intereses que se dignen aplicar los tiburones financieros. Lo dicho, que el ser verdes nos cuesta un riñón. Lo malo es que nadie nos ha preguntado si queremos o no energía verde a este precio. Además, el asunto ahora es irreversible, ya que los molinos y las huertos solares se han hecho con dinero prestado por bancos y fondos de inversión ( nacionales y extranjeros) dispuestos a hacerse con una tajada de la sustanciosa subvención. Así que cuando ahora les dicen que se van a reducir sus subvenciones, primero se ponen el gorro de ecologistas, y después mandan a los bancos y fondos de inversión a amenazar al Ministerio, que sonrojado por no ser ecologista y romper la confianza de los Mercados, da marcha atrás y suma y sigue.
O sea que, primero los mineros trabajando y los molinos y huertas solares parados, nos salen más baratos, y segundo aquí sin subvención no se mueve nada. Colgarles ahora a los mineros el sambenito de subvencionados es una desvergüenza.
Lo que piden los mineros es que se apruebe un Real Decreto que obliga a que funcionen las centrales de carbón nacional a costa de parar las de carbón importado y gas. Y con la Iglesia hemos topado. Las empresas quieren amortizar con jugosos beneficios las inversiones realizadas en estas centrales y han puesto el grito en el cielo de Bruselas: CO2 + violación del sacrosanto mercado = anatema. ¡Hipócritas!.
Así que ya que ponemos el dinero al menos que nos dejen repartirlo, y a lo mejor podemos poner algo más de CO2 en nuestras vidas, y menos dinero en los especuladores disfrazados de ecologistas.
Y puestos a poner dinero, que pongan tambien algo, los que más se benefician del mercado: hidraúlicas y nucleares que cobran lo mismo que las demás aunque sus costos de producción sean muy inferiores. Esta es la propuesta de IU-Los Verdes, que rechazó por inoprtuna el PSOE, entre otros, en el Parlamento la semana pasada.
¿Carbón para siempre?. Lo lógico es que no, y que poco a poco se cierre la minería del carbón. Algo que se debería de haber hecho de forma planificada en los últimos 8 o 10 años. Pero, durante este tiempo, uno estaba haciendo de guerrero mundial y el otro de izquierdoso de pañuelito rojo en Rodiezno.
Si este último fuera lo que el dice, nos explicaba esto, nos preguntaba, le decíamos que si. Repartía el dinero de la especulación ecologista, nucleares y otros, nos hacía un poco más marrones y a muchas familias les resolvía la vida. Y con este equipaje pasaba de Bruselas.