24 abril 2010

Conferencia Episcopal y Hiyab

Las capillas tenebrosas con el Cristo sanguinolento y las manos como garfios por efecto de los clavos, solo me han inspirado temor. Que la tortura y ejecución de un judío heterodoxo por un ejercito de ocupación, como consecuencia del cálculo político del ocupante y la condena de sus correligionarios, sea el símbolo de una religión cuesta admitirlo. Que en nombre de libertad de los seguidores de esta religión, los que no lo somos, tengamos que soportarlo fuera de los recintos religiosos es un atentando a nuestra libertad. La Conferencia Episcopal tan ágil como oportunista en defensa del derecho al uso del velo, debería tener cuidado con lo que defiende, no se le vayan a presentar niñas con hiyab en sus colegios concertados. No sería de extrañar que, en ese caso, lo considerara una provocación y solicitara protección al estado laico.