04 noviembre 2007

¿ Relaciones imposibles?

El Capitan Alatriste, la privatización de la seguridad de las tropas de la UE en Afganistán, una biografía de Rubens, y el papel puramente instrumental y subordinado de la política en el ejercicio del poder, no tienen ninguna relación, y sin embargo esconden algunos elementos comunes entre los siglos XVI, XVII y nuestros días.

Después del interregno de un cierto poder de los ciudadanos, que se inicia con la Revolución Francesa en el XVIII, se continua con las utopías sociales del XIX, la aparición del socialismo en el XX, y que parece que se consolida, a la vista de tanto horror, después de la 2ª Guerra Mundial, el siglo XXI representa de nuevo el ejercicio directo, arbitrario y descarado del poder por los reales detentadores del mismo; entonces los gremios de comerciantes que gobernaban Ámsterdam, y que tan malos ratos hicieron pasar a Rubens, y hoy las grandes corporaciones, o mejor sus gestores: la tecnoestructura.

Pero hay más, la Revolución Francesa crea el soldado ciudadano, que ejerce la violencia legal por delegación del resto de la sociedad, la defensa de la Patria como deber, como privilegio: El Todo por la Patria que sustituye al mercenario que pone sus habilidades guerreras al servicio del mejor postor. La grandeza de Alatriste, su belleza, es la fidelidad básica a unos principios a pesar de lo flaco de la paga. La mercantilización generalizada del uso de la violencia legal, donde los nuevos mercenarios se organizan en empresas de seguridad que prestan sus servicios en Irak y ahora en Afganistan para la Unión Europea, representa un retorno a los “valores” mercantiles del siglo XVII.

Quizás todo esto son únicamente fantasmas, pesadillas, de una mañana de otoño, fria , triste y desesperanzadora como tantas en Plaza Castilla, o quizás no. Quizás estamos sin darnos cuenta, entre tanto progreso, dejándonos arrebatar el ciudadano que casi llegamos a ser.

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