Viaje en tren Galicia - Madrid. Los patios traseros de las
ciudades muestran la miseria. Basura, edificios en ruinas, abandono, casas y
campos sin cultivar, herrumbre, no hay la menor muestra de energía,
ni colores, ni niños. Se pueden adivinar habitaciones cutres con viejos
que se odian, a los que sólo su propia decadencia les impide
hacerse daño. No hay esperanza entre los muros de granito gris, sólo
envidia. Una envidia tan miserable que mata a sartenazos por una pensión
de supervivencia. Un país al margen de la historia, que no dejará detrás ni el recuerdo.
Un alivio llegar a campo abierto. Y sin embargo ¡Que sensación
de amargura, recordando lo que soñamos cuando recorríamos
estos campos treinta años atrás!
La operación Pokemon, con recomendaciones de media
jornada para la amante de un guardia urbano. ¡Qué no sea de limpiadora, que ella es
administrativa! advierte el amante. Todo miserable, hasta en la corrupción.
Nada de yates, ni cuentas en Suiza, sólo 8 horas de lo que sea. Eso si "per secula et seculorum". Hasta qué
la acidez de la tierra corroa todo.
Sólo dos sonrisas me responden a la pregunta ¿porqué
vuelvo? Cada vuelta me encoge más un corazón que se mantenía
hinchado de sueños.
Simón and Garfunkel Old Friends:
"Can you imagine us years from today, sharing a parkbench
quietly
How terribly strange to be seventy"
Me faltan cinco....
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