07 enero 2009

Pseudo-speciation y Palestina

En 1966 el psicólogo germano-norteamericano Erik Erikson, acuñó el término “pseudo-speciation” para describir el comportamiento según el cual un pueblo actúa de tal manera que neutraliza la humanidad de otro pueblo hasta tal punto que las inhibiciones que impiden que las criaturas de una misma especie se maten unas a otras desaparecen. Un proceso mediante el cual un enemigo es privado de su pertenencia a la raza humana y por lo tanto eliminando el sentimiento de culpa ante su muerte.

Se trata de una facultad innata para la cual parece que los humanos estamos especialmente dotados, y que hemos utilizado con profusión a largo de la historia. Ahí están la colonización, la trata de esclavos, los genocidios, pogroms, holocaustos y todas las variantes imaginables de matanzas indiscriminadas y masivas para confirmarlo.

Ni colonizadores, ni mercaderes de esclavos, ni genocidas anteriores a Ericsson, sabían que aplicaban la pseudo-speciation, hoy forma parte del temario de muchas academias militares y desde luego los militares judíos son alumnos aprovechados.

Veinte israelíes muertos en 10 años en los alrededores de Gaza, es algo terrible, pero 600 palestinos muertos en una semana y miles desde 1948 con la masacre de Deir Yassin, dirigida por el grupo terrorista judío Irgun, bajo las ordenes del futuro premio Nobel de la paz Menahen Begin, que se saldó con la muerte de 250 palestinos, es de una escala diferente. Es una atrocidad que solo se puede comparar a los asesinatos en masa de los Balcanes en los años 90 y que solo es posible después de aplicar de forma sistemática durante decenios la pseudo-speciation con el pueblo palestino.

Con el próximo atentado árabe indiscriminado en una gran urbe europea, o el ataque de un suicida en Afganistán que se lleve por delante a varios compatriotas, nos preguntaremos una vez más: ¿Porque nos odian? Lo que no podremos decir es que no sabemos la respuesta.

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