23 agosto 2012

Los nuevos dioses





Viaje a la isla de Mljet. Dicen que por aquí anduvo Ulises de amoríos con la ninfa Calipso. Hoy en las calas, entre islotes que flotan sobre un mar azul turquesa, se esconden yates de tres pisos, brillantes, imponentes. Las ninfas y sirenas, hijas de las que tentaron a Ulises, se tuestan suavemente en las cubiertas. Los dioses que habitan  estos palacios flotantes las han domesticado y ahora son sus mascotas.
El programa SETI, en busca de vida extraterrestre, pierde el tiempo tratando de encontrarla en lejanas galaxias. Los extraterrestres están aquí. Descifrando los mensajes que se emiten desde estos parajes sabríamos de los misterios de la prima de riesgo, de los vaivenes en los precios del arroz y los cereales, que van a causar hambre y muerte a millones de terráqueos. También entenderíamos la lógica por la cual una silla de ruedas es un despilfarro y porque a un tuberculoso sin papeles solo se le puede atender fuera de las horas normales de consulta. Nos asomaríamos a los salones del Olimpo. El lugar donde hoy , como en la antigüedad, los nuevos dioses, una vez alcanzada la inmortalidad de sus recursos, compiten entre ellos a ver quien es el nuevo Júpiter y luchan para no verse relegados a ser deidades de segundo orden. También hoy, como en tiempo de Homero, los mortales no somos otra cosa que marionetas  con las que  los habitantes del Olimpo libran sus batallas, y por ello los designios de los dioses, hoy leyes del Mercado, son igual de caprichosos, crueles e inescrutables que entonces.
Algunos mortales, como Aquiles, lo olvidan, y son especialmente crueles con los suyos. Creen que así conseguirán el favor de los dioses y un lugar en el Olimpo. Pero si  Tetis, toda una diosa, no fue capaz de conseguir para su hijo el perdón de Zeus, poca  esperanza hay para aquellos mortales que creen que pueden escapar a su destino jugando al juego de los dioses.
Pero quizás el entender las reglas del Olimpo no es relevante, ni posible. Lo importante es si  es posible asaltarlo y destruirlo o solo podemos aplacar a sus dioses con sacrificios.
















No hay comentarios: