Al principio la llamaban crisis, ahora es la Gran Recesión. En realidad se trata de un timo global al que solo le faltaba la coda final. En el primer acto vaciaron la caja de los bancos con distintos trucos financieros hasta tal punto que era imposible cualquier tipo de actividad al desaparecer la liquidez, la circulación de dinero. Entonces nos asustaron, y temblando asistimos al segundo acto: El trasvase de billones y billones de las arcas de los estados, o sea nuestro dinero, a la caja de los bancos.
Grandes aplausos del público. ¡Que agilidad del sistema financiero!, ¡Qué sangre fría con los trillones de los demás, para apuntalar los retiros de lujo propios!. Ningún economista discrepó entonces, nadie protestó. Todos coincidían. Era absolutamente necesario para evitar la catástrofe.Su catástrofe.
Con las arcas de los estados vacías, y las de especuladores y sus agentes llenas, faltaba el tercer acto. Hay que rellenar las arcas del estado de nuevo, para evitar el "malestar social". Y lo tenemos que hacer nosotros, los desplumados, porque, ahora nos los recuerdan, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Esa es la razón por la cual, según los expertos, los estados están muy endeudados. Lo dicen con gravedad, aparentando tristeza. Estoy seguro que es para que no se les note la risa. Ahora se une al coro el Fondo Monetario Internacional, que se preocupa por el endeudamiento de los estados. No es broma, de verdad se preocupa. La cosa no es para menos. En realidad quieren asustarnos de nuevo para que nos apretemos el cinturón,reduciendo el gasto sanitario, por ejemplo, y así, llenar de nuevo las arcas de los estados, rápido, sin molestar, en silencio. La coda final para que pronto puedan empezar de nuevo con otro timo. Lo peor es que seguro que los dejamos.
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