19 enero 2009

¿Antijudaísmo o Intimidación? Carta a Público

En la sección Lectores de su número del pasado domingo se incluye, con el título No al antijudaísmo, una extensa carta del Director General de la asociación Casa Sefarad-Israel Diego de Ojeda.
Es cierto, como reclama el Sr. Ojda, que es necesario establecer unas fronteras claras entre las críticas legítimas al Estado de Israel y la incitación al odio a la comunidad judía. El problema es que el trazado de esta frontera, establecido de forma amplia y arbitraria según las necesidades, se ha venido utilizando y se utiliza como mecanismo de intimidación, para evitar cualquier crítica a las violaciones de la legalidad internacional y los derechos humanos por parte del Estado de Israel.
Afirma el Sr. Ojeda, “que son expresiones inequívocas de antisemitismo las críticas a Israel que recurren a prejuicios tradicionales y estereotipos anti-judíos, por ejemplo, el ánimo vengativo y la arrogancia”, es decir la insistencia, ferocidad e insensibilidad del judío Shylock en el Mercader de Venecia en ejercer su derecho a cobrar la libra de carne, sin aceptar ninguna alternativa serían, siguiendo al Sr. Ojea, si se utilizan como parábola del comportamiento del Estado de Israel una crítica antisemita. Además de una exageración, lo cierto es que la parábola del drama de Sheaskpeare sería una comparación favorable. Al menos el judío Shylock tenía derecho, según la ley de Venecia, a su libra de carne, lo que no se puede decir del Estado de Israel según las leyes internacionales.
La utilización de símbolos de la tradición cultural o religiosa judía en las manifestaciones contrarias al Estado de Israel, se entiende que se refiere a la estrella de David, da lugar según el Sr. Ojeda, a “una identificación de la política israelí con los judíos en sentido abstracto y general”. Que se sepa la estrella de David aparece en la bandera del estado de Israel por voluntad propia, quizás por que lo que se deseaba es precisamente identificar el Sionismo con lo judío de manera abstracta y universal y así mantener a todos los judíos como rehenes de una ideología que va camino de superar, con creces, las atrocidades que la alumbraron.

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