26 enero 2008

Palestina y Marruecos

Cogido al vuelo en la Primera de TVE: “ … la franja de Gaza dominada por la banda Hamas….” . Pocos recuerdan ya que Hamas, nos guste o no, ganó unas elecciones democráticamente, con total limpieza según todos los observadores, derrotando a Al Fatah, y que es el partido elegido por los palestinos para dirigir el gobierno de Gaza. En cuanto a las acusaciones de integrista y sanguinario, EE.UU. - Israel han puesto el listón tan alto, que es dificil que incluso los más violentos líderes de Hamás puedan superarlo.

Con la misma naturalidad TVE informa que un helicóptero del ejercito israelí, su denominación oficial “Fuerzas de Defensa” es un sarcasmo cada vez menos tolerable, ha disparado varios cohetes contra dos automóviles eliminando a los dirigentes de Hamas que organizaron la voladura de la barrera fronteriza con Egipto en Al Rafah. A los dirigentes de Hamas se les elimina, término neutro, técnico, militar. No se les puede asesinar porque no son seres humanos. El primer ministro judío Olmert, justificó la acción, diciendo que el mundo no puede esperar que permanezcan de brazos cruzados mientras los niños israelíes se mean en la cama por temor a los cohetes de Hamas. A los niños palestinos, menos afortunados, los elimina sin tiempo a orinarse la tecnología USA en manos judías.

Creo que de alguna manera el lenguaje articula-define nuestra forma de ver el mundo. Al aceptar el lenguaje del agresor, estamos incorporando a nuestro mundo su “orden natural” de ver las cosas. Cuando despertamos, si es que lo hacemos, suele ser demasiado tarde.

Israel es un estado que se ha condenado a si mismo a matar o a morir. Un pueblo con una historia tan larga debería saber que eso no puede durar. Lo malo es que el odio acumulado es tan grande que posiblemente la revancha, cuando llegue, no deje a nadie indemne.

Marruecos, docenas de mezquitas, grandes, pequeñas, lujosas, modestas, todas coronadas con las tres esferas: tierra, agua y aire y un bastón con una pequeña luz apuntando a La Meca. En las grandes ciudades, Marrakech, con la impresionante Koutubia, Fez, pero también en la ruta de los oasis, a orillas del Draa, y en los altos valles del Atlas, cada barrio, cada pueblo de adobe, incluso los de aspecto más miserable, cuenta con una o varias mezquitas. La llamada a la oración, ¡Ala Ackbar!, suena estremecedora, cuando se repite en varias mezquitas como un eco. Una alabanza al Dios único marca, hasta en las más pequeñas comunidades, aunque parezca ignorada, la vida diaria. ¡Todo un símbolo del poder del Islam!

Pero sobre todo los niños de Marruecos y la deferencia y cariño de los mayores hacia ellos. Docenas de niños por todas partes, guapísimas niñas beréberes con enormes y brillantes ojos negros, sonriendo, riendo casi siempre, jugando como niños, saltando, empujando, peleándose, algo que quizás nuestros niños han olvidado. Con nuestra obsesión por convertirlos en personas de provecho, les escamoteamos el juego, transformándolo en actividad extraescolar.

Camino de la oficina, me preguntaba si los ciudadanos de provecho solos en enormes y confortables automóviles que circulaban a mi lado, empaquetados todos en una atestada autovía, eran más felices que los cuatro ocupantes de una minúscula motocicleta en un callejón de Marrakech. No llegue a ninguna conclusión, únicamente a la oficina. Quizás por esto mismo, volví – volvemos a hacer lo mismo al día siguiente, y al otro, y al otro…

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