01 mayo 2015

PODEMOS no es como los otros partidos. Gracias JCMonedero


No conocía a Juan Carlos Monedero cuando voté a PODEMOS en la elecciones al Parlamento Europeo. Solo sabia de un tipo: Pablo Iglesias que decía en televisión, sin acalorarse, aquellas cosas que muchos oímos y nos emocionaron el 15M. Busqué aquella cara en el montón de papeletas y esa noche mi voto, por primera vez, me devolvió multiplicada la ilusión. Un cambio real podía ser posible. Sigo pensando que sin el sacrificio personal, habilidad y capacidad de Pablo Iglesias nada de esto habría pasado. 

A Juan Carlos tuve ocasión de conocerlo en un mitin en Moratalaz. Fue en un descampado del barrio por gentileza de un responsable educativo que no permitió usar el Instituto. Consideró, ya entonces, a PODEMOS una asociación peligrosa. Me gustó mucho Juan Carlos, hablaba un nuevo lenguaje, alejado de los tópicos mitineros habituales, lleno de citas y anécdotas para explicar lo que decía. Un discurso sin asomo de pedantería que mostraba la profundidad del personaje y que mantuvo encandilado a un centenar de personas hasta que se hizo de noche.

Después lo vi, siempre puntual, en todas las protestas. Allí aparecía en medio de la gente, nada de pancartas de cabecera, saludando y fotografiándose con todo el que se lo pedía. Un tipo cercano al que no me hubiera importado darle mi confianza para que me gobernara. 

Y me ha seguido gustando Juan Carlos, sobre todo después de la campaña vergonzosa con sus honorarios como consultor y su colaboración con Venezuela. De los primeros diré que son modestos, sabiendo como sé lo que se paga por miles de fotocopias encuadernadas por becarios con el sello de consultoras de relumbre. En cuanto al tema fiscal, es patético que en un país en el que 90% de los ciudadanos no entendemos ni el texto de ayuda de la declaración del IRPF, cualquier indocumentado llamaba defraudador a Juan Carlos. El que, además, haya donado dinero para hacer un programa alternativo de televisión como La Tuerka, es una muestra de generosidad y compromiso de la que no hay precedentes. 

De su trabajo en Venezuela no debe más que sentirse orgulloso por haber colaborado con Chavez a poner en pie un movimiento único que ha sacado de la miseria y la ignorancia a la gran mayoría del país. 

Y ahora dimite y lo hace público con total honestidad diciendo lo que piensa. Nada menos ni nada más. 

De que pase lo primero, y que no haya navajazos en el minuto siguiente, deberían tomar nota en IU en la Comunidad de Madrid, Extremadura y también Andalucía. Los “otros” ni me importa pero no estaría mal dignificar esto de la política por todas partes.

Que un tipo, que con toda seguridad se podría hacer con un acta de diputado, lo deje no encaja en los esquemas mentales vigentes. Así que, por esto y por interés, los escribanos a sueldo andan despendolados buscando conspiraciones, rencillas fratricidas o simplemente revolcándose de alegría en el fango que es lo que les gusta.

Yo creo que comparto algunas de las críticas de Juan Carlos, otras quizás no y no se si el momento ha sido el adecuado, pero soy lo suficientemente sensible con las debilidades humanas como para entender que llegan momentos en los que todo resta y solo ves una salida. También el descubrir este lado que asoma en el blog de Juan Carlos me gusta. Desconfío de los superhombres. 

En cualquier caso, si algo demuestra este suceso es que PODEMOS definitivamente no es como el resto de partidos, que disentir y colaborar a la vez son posibles. Y que la transparencia es mucho más que una Web. Asuntos estos, de los que aquellos que creemos en PODEMOS tenemos que presumir y sentirnos orgullosos para continuar trabajando con más ahínco si cabe. ¡Ah!, y lo de Casta no solo es verdad, sino que tiene miembros ilustres donde uno menos se lo espera.
Nota: Corregida mención al Director del Instituto.

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