08 mayo 2015

Grecia y el gas. Esa es la cuestión



Los cambios en relación con la situación de Grecia se están sucediendo muy rápidamente. Las conversaciones en Atenas y Bruselas han pasado a segundo plano, ya que la batalla real se está dando en otros frentes. El energético, como venimos señalando aquí, pero también la participación en la OTAN.
Ayer y hoy se ha desencadenado la guerra de comunicados.
Por una parte Gazprom, o sea Rusia, anuncia que ha alcanzado un acuerdo con Turquía para construir el gasoducto a través del Mar Negro, que sería la alternativa al gas de Azerbaijan, y que finalizaría en la frontera con Grecia. Y por otra, también Rusia, señala que la ayuda a Grecia está ligada a la construcción de la continuación de este gasoducto en Grecia hasta Bulgaria, y eventualmente hasta el Mar Adriático. Es la alternativa rusa para llevar gas a la UE sin pasar por Ucrania. Grecia, por su parte señala que este gasoducto sería construido por una compañía publica griega: El operador de gas DESFA que está entre la lista de privatizaciones que exige la UE.
Y tal como anunciamos aquí, hoy se ha reunido Amos Hochstein, un enviado especial de EE.UU. con el ministro de Asuntos Exteriores de Grecia Kotzias. Hochstein ha urgido a Grecia, a través de un comunicadoa rechazar el acuerdo con Rusia y canalizar el gas azerí por el gaseoducto TAP hasta Albania y el Adriático donde continuaría a Italia.



La visita se enmarca en el anuncio, durante la estancia de Kotzias en Washington hace dos semanas, de que EE.UU. haría una contraoferta a la propuesta rusa. Hoy Grecia niega la contraoferta, algo lógico, pero es difícil creer que no se haya producido. La cuestión es si se trata de una oferta que no pueda rechazar.
Grecia, Syriza, está jugando a un juego peligroso. Es lo que le queda en la situación desesperada en la que se encuentra.
De momento Grecia ha hecho frente a todos los pagos al FMI, para sorpresa de los funcionarios de la Troika, a los que, con razón, Varoufakis no permitió acceder a información acerca del estado de las reservas de Grecia. La bola correrá hasta junio y a mediados de junio Tsipras visitará Moscú para discutir temas energéticos. La batalla continúa.
Los próximos movimientos pueden ser los del BCE, si decide o no continuar estrangulando a Grecia.
De momento, y paso a paso, Syriza cumple promesas electorales y ha readmitido a 1000 funcionarios públicos despedidos, entre ellos las ya famosas limpiadoras del ministerio de Finanzas. ¡Todo un desafío a la mafia de Bruselas!

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