18 septiembre 2011

La Economia II-El Dinero


Las cifras de dinero que se manejan son mareantes, fuera de la capacidad de comprensión de la mayoría, la terminología: “inyección de liquidez” o “quantitative easing”, deliberadamente oscura, todo ello hace que se nos escape, que ni siquiera, quizás, nos preguntemos por la naturaleza del dinero. Y sin embargo pocas creaciones humanas han influido e influyen tanto en nuestra vida.
Así, que aquí va otra entrada económica, esta vez para intentar explicar que es el dinero.
El dinero se ha definido de muchas maneras: como una forma de almacenar valor, como un medio de intercambio para facilitar el comercio o como la unidad de cuenta para designar lo que poseemos. A lo largo de la historia y en las diferentes culturas, ha tomado formas diversas, pero hay un elemento común en todas ellas, y es que el poseedor de dinero puede cambiarlo por los bienes o los servicios de otro.
Así que el dinero en esencia es el derecho a una cantidad de trabajo o bienes de otros.
Lo que hace peculiar el sistema monetario moderno no es el significado del dinero sino la forma de crearlo.
Los sistemas monetarios primitivos, hacían énfasis en el aspecto de valor intrínseco, por su escasez o dificultad de elaboración, del objeto representativo del dinero: caracolas, ciertos animales y piezas de oro o plata son ejemplos de este tipo de dinero. Sin embargo esta característica limitaba otra: el dinero como medio de intercambio. Así, aparecieron las notas bancarias, los billetes de banco, que eran representaciones de una cierta cantidad de oro o plata más fáciles de transportar y utilizar y que además daban el derecho al tenedor de estos billetes a recibir del emisor a la presentación del billete la cantidad de oro o plata denominada en el mismo, conservando así el billete un valor intrínseco. La convertibilidad de los billetes en oro o plata, el denominado patrón oro o plata, fue un asunto primordial de los negocios y las finanzas del siglo XIX, ya que, entre otras cosas, la cantidad de dinero que estaba en circulación en un momento determinado venia determinada por la cantidad de oro o plata disponible en el banco emisor. Y aunque las guerras o las ingentes cantidades de dinero necesarias para el desarrollo industrial dieron lugar a varios episodios de no convertibilidad, y descontrol, como el de Alemania en 1932, el descubrimiento de nuevas minas de oro y plata en América y Australia, permitió, mantener el equilibrio entre el dinero en circulación y las reservas de oro o plata de los bancos emisores, durante el siglo XIX y una gran parte del siglo XX.
En 1944, con el resto del mundo destrozado, y EE.UU. concentrando las reservas de oro y plata del mundo y el 50% de la producción del planeta, se celebra la conferencia de Breton Woods donde se decide que todas las monedas tendrán como referencia el dólar, es decir serán convertibles, en una determinada cantidad de dólares EE.UU. y por su parte cada dólar tendrá una equivalencia fija en el oro. Es decir los bancos emisores, excepto EE.UU. , tendrían reservas en dólares proporcionales a la cantidad de billetes de banco emitidos y EE.UU. tendría las reservas en oro, correspondientes a los dólares en circulación.
Este sistema funcionó hasta los años 70, cuando, debido a la Guerra de Vietnam, EE.UU. necesita una gran cantidad de dólares y Francia, sospechando que las reservas de oro de EE.UU. no se correspondían con los dólares en circulación, solicita la conversión en oro de los dólares de su reserva. El subsiguiente deterioro de las reservas de oro, obliga en 1971 al presidente Nixon a cerrar la ventanilla y el dólar deja de ser convertible en oro.
Con esta acción, se inicia una nueva era, que dura hasta hoy, en la cual los billetes de banco no representan valor intrínseco alguno y donde el valor de cada moneda en relación con las otras, se fija en un mercado de divisas en función de su abundancia o escasez y la cantidad de bienes y servicios que se supone que se pueden obtener con cada una de ellas. Las monedas de países pobres y subdesarrollados no cotizan en este mercado y por lo tanto solo tienen valor local.
Pero, ¿Cómo se crea el dinero en este nuevo sistema en el que todo es relativo?. Galbraith decía que el proceso mediante el cual se crea el dinero es tan simple que repele a la razón. Es la era del denominado dinero “fiat”, o sea hágase, donde se concede a unas entidades: los bancos, el monopolio de la creación de dinero.
El método mediante el cual los bancos crean dinero se llama “Fractional Reserve” , y se basa en que los bancos solo necesitan mantener en sus cuentas una parte de los depósitos que reciben. Supongamos, que este porcentaje es del 10% y que en un banco se presenta un depositante con 1000 €, que ha obtenido de alguna manera, el banco registra estos 1000 € en la cuenta del depositante, a continuación se presenta un cliente a pedir un crédito, como el banco solo tiene que mantener un 10%, le presta 900 €, que registra en la cuenta del deudor, el cual a continuación toma los 900 € y paga a sus acreedores ingresando los 900 € en otro banco en la cuenta de los mismos, el segundo banco ahora tiene 900 € más , de los cuales solo tiene que conservar el 10%, así que presta 810 € a un cliente suyo el cual a su vez toma los 810 € y los ingresa en la cuenta de sus empleados en otro banco, el cual ahora dispone de 729 € para prestar, 810 € menos el 10%, y así sucesivamente, manteniendo cada banco solo una fracción, hasta que, una vez descontado el 10%, no queda nada para prestar. En ese momento se habrán prestado 10000 €, o sea el 1000 % de los 1000 € iniciales. Es decir los bancos por el mero hecho de anotar un saldo en las cuentas de los deudores han creado 9000 €. ¡Esto se llama poder!
En la práctica, los bancos ni siquiera esperan a disponer de los depósitos para prestar dinero, sino que prestan el dinero y buscan los depósitos después.
Este dinero creado es totalmente real, y en este mecanismo se basan nuestras vidas, pero lo más importante es que: Todo el dinero creado por los bancos nace como crédito y por lo tanto con la obligación de devolverlo.
Los 9000 € entonces desaparecerían cuando se devuelvan los créditos, pero en realidad esto no es cierto, ya que con el crédito va asociado un interés y por lo tanto, con un interés del 2%, tendríamos que devolver, 9180 €, los 9000 € creados y 180 € más que se tendrían que crear de alguna manera.
Es decir el sistema monetario actual, por su propio diseño, obliga a que crezca continuamente la cantidad de dinero en circulación en una cantidad al menos igual a la necesaria para atender los intereses del dinero ya creado.
Como el dinero representa el derecho a una cantidad de bienes y servicios, esto significa que los bienes y servicios que producimos tienen que crecer constantemente, al ritmo de la creación del dinero.
Vivimos en un sistema condenado al crecimiento donde el sistema financiero determina el ritmo al que debemos de hacerlo.
Pero, ¿Quién crea el dinero original, los 1000 € de nuestro ejemplo y los 180 € de intereses? y ¿Quién fija los intereses?. Ese es el papel de los Bancos Centrales de cada país con moneda propia. El Banco de Inglaterra, la Reserva Federal y, en el área euro, el Banco Central Europeo crean literalmente dinero de la nada anotándolo en la cuenta de los bancos comerciales como préstamo con un interés, que será el de referencia, por debajo del cual, lógicamente, estos no harán prestamos. Los bancos comerciales ponen el nuevo dinero en circulación, para que a cambio entreguemos bienes y servicios adicionales, que soporten este nuevo dinero creado.
¿Qué ocurre, si no creamos esos bienes o servicios adicionales? Si no somos capaces de crear bienes o servicios al ritmo de creación de dinero, o si el dinero se emplea en operaciones especulativas que no generan riqueza, entonces el sistema simplemente deja de funcionar. Y en esas estamos.

No hay comentarios: