23 octubre 2010

Cortinas de humo

En enero de 2009 escribíamos que quizás Obama era solo un holograma para entretenernos con las luces apagadas mientras el dueño del cine nos robaba la cartera. No parece que estuviéramos muy desencaminados. En economía los responsables del desastre, vuelven a tener enormes beneficios y se reparten sueldos de escándalo. Y lo que es peor nos dictan a los demás, a los que pagamos, o vamos a pagar, las condiciones. Los Mercados vuelven a tener la batuta en nuestras vidas. Obama iba a tener una especial sensibilidad con el problema palestino. Lo cierto es que Israel, está construyendo viviendas a toda velocidad en territorio palestino, desafiando la legalidad internacional, con un corrupto dirigente palestino entretenido en negociaciones en hoteles de lujo. Obama iba reformar la sanidad. Lo cierto que más allá de la retransmisión de un debate "made in Hollywood" la reforma está encallada. Los actores contratados para controlar a Obama ya han hecho su trabajo y ahora se van: Larry Summers, un amigo de Wall Street, en economía, Rahm Emmanuel el sionista jefe de personal de la Casa Blanca, y Peter Orszag, responsable de presupuesto, un tiburón de los recortes a lo público han dimitido en los últimos meses.
Obama, el Salvador, ya no es necesario.
Ahora hace falta una figura que canalice la rabia de una clase media, que creyó en el sueño americano, que se da cuenta de que cada vez será más irrelevante y que además sido engañada y expoliada como pocas. Así que están fabricando desde hace tiempo a Sarah Palin y el Tea Party.
En España, los últimos cambios son un mero ejercicio de propaganda y relaciones públicas, impulsado por la vieja guardia de Felipe Gonzalez, que ha sido aireada con profusión en las últimas semanas por El Pais y derivados, para intentar salvar los muebles, escaños y puestos en Europa, de la debacle a la que les llevaba este chico de León. La misma táctica que con Obama, entretenernos mientras nos despluman y no lo olvidemos, conseguir el premio gordo: privatizar la Sanidad y las Pensiones, dejado únicamente un sistema de beneficencia.

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