Hace un año había una compañía española, creada con los impuestos de los españoles para atender las prioridades de España en un momento dado: La minería del carbón.
En la más pura tradición hispana, nos liamos a garrotazos, amarrados a la tierra, como los gañanes de Goya. Sin cuartel, a muerte. Y así hemos llegado a lo de hoy. Unos pocos, muy pocos, se reparten el botín. Lo que habíamos acumulado a golpe de impuestos y sufriendo contaminación: Recordemos As Pontes.
Esto no es el final, es solo es para tomarse un respiro y hacerse una rica merienda de plusvalías. La foto final no cambiará. Estoy seguro. En el camino pagaremos la factura en el recibo de la luz. La revisión de la tarifa eléctrica en junio nos dará las pistas y la traca final el año próximo.
En cualquier caso a Zapatero le colocarán con toda seguridad el sambenito de ser culpable del desmantelamiento de la empresa más importante de España. No se si culpable, pero torpe mucho. Debería conocer el enraizado patriotismo de nuestros empresarios, por llamarles algo. En acusar a Zapatero, se unirán en coro, la ultraderecha: enlazando en un popurrí patriótico ENDESA con la claudicación ante los etarras, y también los sindicatos. Los mismos, como CC.OO., que apoltronados en el consejo de Caja Madrid, hablan y actúan como consumados capitalistas.
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