10 diciembre 2006

La Evidencia

Hay varias formas de negar la evidencia. Una de ellas es la tratar de aportar explicaciones, por poco plausibles que sean, con la seguridad de que una vez escuchadas, modificaran de forma substancial lo evidenciado. Otra, es la exposición cruda y descarnada de los hechos, finalizando el discurso con una pregunta retórica que los desacredite por ridículos o fantásticos. El cine ha utilizado ambos métodos con profusión. Un ejemplo clásico del primero, es el conocido: ¡Cariño espera, puedo explicarlo, que esto no es lo que parece¡, cuando se sorprende a la pareja en la cama con otro u otra, en pleno frenesí sexual. El segundo es también un clásico de los films policíacos: ¡No irá a creer a este pobre hombre, que he sido yo el que ha disparado¡. Y ello a pesar de tener la única pistola humeante en sus manos.

En política, (la verdad es que me duele llamarla así), también se utilizan los mismos métodos.

El primero, lo ilustra el enfurruñado Aznar, cuando contra toda evidencia, afirma que puede explicar que él-los suyos, se entrevistaron con ETA, solo para pedirle la rendición incondicional, y que los etarras iban con bandera blanca. Cuando constataron que no se rendían, abandonaron el campo y se aprestaron de nuevo a la batalla.

El segundo, es el viejo truco de la denuncia de las fantasías conspirativas de los rojos, tildándolas de producto de mentes calenturientas. GEES, una organización pariente de FAES, que a la vista de su línea editorial, está financiada por grupos de presión neoconservadores y el lobby judío, publica el siguiente artículo, el cual una vez filtrada la componente retórica para desacreditar la evidencia, constituye un perfecto ejemplo de descripción certera de los hechos.

“….. En el caso que nos ocupa, los informativos de la Televisión Española ocupada por Zapatero muestran invariablemente, a los israelíes como criminales apoyados por Washington, a los soldados norteamericanos como asesinos sin escrúpulos y a Bush como un psicópata enloquecido. Detrás de todos los males del mundo se encuentran, siempre, los Estados Unidos y su presidente.


El último capítulo de la vergonzante manipulación informativa de la televisión de Zapatero lo constituye la referencia al informe bipartidista de Baker y Hamilton. Para el espectador de la televisión estatal, el informe es la denuncia moral y política de un grupo objetivo, imparcial y aséptico de sabios contra el presidente Bush. Si hacemos caso a lo que nos cuenta TVE, nos daremos cuenta de que el belicista Bush sigue empeñado en ocupar ilegalmente un país y en provocar atentados, contra la opinión de los propios norteamericanos y de sus más expertos intelectuales.

Llegaremos a la conclusión de que George Bush se encuentra aislado del pueblo americano, y que sólo una oscura conspiración de judíos, neoconservadores y petroleros texanos le mantiene en el poder de manera antidemocrática. A la versión oficial de los telediarios le siguen los espacios de reportajes de TVE-2, por donde desfila puntualmente cada noche toda la izquierda mundial antiamericana, para contarnos que Estados Unidos causa el mal sobre la tierra, da igual que sea en relación con las armas que con el cambio climático”


Sin comentarios, salvo el inevitable. ¡Cuidado, atención a Aznar¡

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