11 agosto 2006

¿Que nos pasa?

Hace tiempo que ronda por mi cabeza, esta pregunta retórica, que nos hacemos con frecuencia en el ámbito de las relaciones personales, cuando no somos capaces de encontrar causa alguna a nuestros problemas, cuando solo esta expresión de impotencia parece aliviarnos, mientras la repetimos, nos la repetimos, una y otra vez.

Y hoy, pasan tantas cosas, por las que cada día me pregunto: ¿Qué nos pasa?, que ya no se la razón de esta molestia, sorda, persistente, sin tregua y sin respuesta, como los síntomas de las enfermedades más graves, que siento cada día al leer las noticias.

Con cada día, con cada noticia más, de odio, de muerte, de miseria moral y de la otra, al deseo de contarla aquí, se superpone la siguiente noticia, y termino por dejar el papel en blanco, como la única respuesta, desesperanzada a tantos ¿Qué nos pasa?.

Pero hoy, leyendo las noticias de los incendios, que están dejando negra y gris “a terra das altas copas de escuro arume arpado”, donde “os verdes castros”, van a ser solo un recuerdo del pasado, la molestia se convierte en indignación y me pregunto: ¿Como es que hay compatriotas que queman su tierra? , ¿Como es que en cada lugar, en cada corredoira, no se oyen los gritos de protesta, y los brazos fuertes que construyeron tantas cosas para otros no salvan lo que es más suyo: A Terra?, ¿Cómo es que no sacan a las ratas de las madrigueras y las exponen a la luz?, ¿Es que ya la subvención y la lástima se van convertir en nuestra seña de identidad? ¿ Es que ya en un último acto de suicidio colectivo, queremos perder toda dignidad para que nos avergoncemos para siempre de decir que somos quien somos?, es decir: galegos.

Mucha amargura desde aquí, al leer que el pueblo de emigrantes a la fuerza, el pueblo de los trabajadores, duros, esforzados y leales, que van a dónde no va nadie y sobrevive y prospera, anda en lenguas como un pueblo pedigüeño, que no sabe ni cuidar lo poco que le va quedando, ese rincón verde, el más antiguo del planeta tierra.

Se que esto que acabo de contar y de contarme, no es más que una forma de decir ¿Qué nos pasa? , pero a lo mejor se hace el milagro y se oye esta noche el repicar de todos los campanarios de Galicia, para decir: Ya Basta.

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